2. "Tranquilidad"

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Capitulo 2.

-Protégeme Alex.

Mire a mí alrededor.

Nada.

No podía distinguir absolutamente nada.

Di vueltas en mi eje buscando un poco de claridad.

-¡ALEX!

¿Mama?- ¡Mama!

El pánico empezaba a surgir en mi pecho.

Se fuerte Alex. Tienes que ser fuerte

-¡Alex, ayúdame! ¡Ayúdame! ¡Por favor!

Cerré mis ojos. Esto no está pasando.

Esto no está...

-¡ALEX!- un grito de puro terror interrumpió mi mantra.

Abrí los ojos y la vi. Frente a mí de rodillas. Mirándome con ternura.

-Mama...- mi voz se quebró- ¿Dónde estamos? ¿Por qué gritabas? ¿Qué suce...?

-Alex- me interrumpió- no hagas preguntas... cierra tus ojos cariño- dijo con dulzura

-¿Por qué tendría que...?

-¡Solo hazlo!- me sobresalte al oír un tono atemorizante que nunca había escuchado.

Los cerré rápidamente durante un largo rato y al no escuchar ninguna reacción los abrí asustada de no poder ver a mí madre de nuevo.

Solté un grito ahogado al verme a mí misma de rodillas con mi madre al lado sosteniendo una pistola en mi frente.

Trataba de hablar. Pero no podía.

Sentía lagrimas correr libremente por mi cara, pero no podía mover mis manos para apartarlas. El rostro de mi madre sostenía una sonrisa burlona como las que yo suelo hacer.

En su cuerpo, bien conservado por la edad, no había rastro de nerviosismo ni arrepentimiento. Sus rasgos comúnmente suaves estaban duros como roca. Sus ojos igual a los míos me miraban sin remordimientos, gris con gris, hacíamos una tormenta perfecta.

-Despídete del mundo, chicana.-y disparó.

Desperté con lágrimas cubriendo mi cara y mi cuerpo bañado en sudor, con unos ojos azules mirándome, curiosos.

Me senté de golpe sintiendo mi mundo girar, viendo al desconocido, tantee mi almohada en busca de mi pistola. En cuanto la encontré, quite el seguro y apunte.

-¿Quién eres tú?- exigí con voz dura pero aparentemente tranquila, la cabeza me estaba matando. No estoy para estupideces.

-Tranquila preciosa, te harás daño- reconocí la voz inconfundible de el imbécil hijo de Adrien, un asqueroso Ford, hablándome con burla.

Sonreí al verlo con el labio partido y un ojo morado. Rápidamente cambie mi expresión al recordar lo que paso después.

-¿Qué haces aquí, imbécil? ¿Cómo entraste?-dije con molestia moviendo constantemente la pistola hacia él mientras hablaba y mire la ventana, abierta- No respondas lo último.

Sonrió arrogante- Vine a velar tus sueños, princesa- dijo lo último en español.

Lleve mis manos a mis sienes apuntando al techo, este que se ha creído si sigue hablando estupideces verdaderamente le hare daño.

-Supongo que viniste a decirme algo, así que habla rápido que estorbas, es tarde para cualquier cosa- dije con cansancio, me dolía todo el cuerpo.

-¿Por qué tan tranquila, Mendoza?-paso de su tono de burla a otro más serio- ¿Qué pasa si te digo... que vine a matarte?- solté una pequeña carcajada- Me alegra divertirte...Alex.

Me estremecí al escuchar mi nombre saliendo de sus labios, procedí a bajar mi arma y dejarla en su sitio, bajo mi almohada.

-No creo que seas tan tonto, si de verdad hubieras venido a matarme, ya lo hubieras hecho. Ahora habla rápido que quiero dormir.- me pare de la cama caminando hacia el baño a buscar un paracetamol, el dolor de cabeza me estaba matando- Y si vienes a disculparte por tu mariconada-dije en español- De hace un rato... digamos que a la próxima no seré tan dulce.

Cuando lo voltee a ver, tenía una sonrisa divertida en su rostro que borro al instante en el que lo vi, pasando a una triste línea recta.

-Está bien... nos vemos mañana, chicana. Linda ropa interior.- en el momento baje mi vista a mi cuerpo, vaya dolor de cabeza que tenía que ni siquiera lo había notado.

Suspire dramáticamente mientras ocultaba una sonrisa... en el fondo le agradecía haberla hecho olvidar por unos minutos su sueño anterior, lo tendría en mente la próxima vez que se enfrentaran.

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- ¡¿Cómo es que no estás un poco molesta?!- me gritaba Cameron enojado.

Era domingo en la tarde mientras seguía en cama, el médico no quería que me levantara hasta el lunes, a lo que obviamente me reusé. Pero al ver el rostro preocupado de mi padre a regañadientes accedí y ahora viene este-sabiendo lo cabreada que estoy- a recriminarme lo que son mis asuntos. No soporto más esta situación.

Rodee los ojos irritada y salte en sima de él inmovilizando sus manos con las mías y apretando mis piernas en su cadera besándolo duramente, se sorprendió al principio pero correspondió a los pocos segundos, baje mis manos hasta el borde de su camiseta blanca acariciando su plano y trabajado estomago, gimió en mi boca y se separo.

-Alex... no estás en condiciones.

-Shh

Lo volví a besar pero cuando mire sus ojos llenos de deseo ya no eran dulces ni cafés sino duros y azules.

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Holaaaaa:) buenooo, se que a pasado un tiempo, pero les juro que se los voy a compensar.
En multimedia el tatuaje de alex:)
Muchas gracias por su apoyo, sus mensajes y votos que sin ellos quizá cuando hubiera actualizado de nuevo.

Se que estarán un poco confundidas pero no desesperéis que poco a poco irán descubriendo todo:).

Las adoro.

Cecy se que estas leyendo esto, así que amiga, gracias por todo... te lo dedico;)

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⏰ Última actualización: Jul 09, 2015 ⏰

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