Los susurros del bosque eran persistentes y tenebrosos, casi al punto de causar temor e inquietud a quien caminara por aquel terreno tan tarde en la noche, pero Eri aun así estaba allí aterrada y desesperada por encontrar el camino de regreso a casa. Después de todo fue muy tonto de su parte apostar con sus amigos a pasar una noche en ese bosque de los infiernos conocido por todos y a la vez temido a causa de ser el culpable de las extrañas muertes y desapariciones que han estado sucediendo en los últimos días.
-Solo a mí se me ocurre aceptar tremenda estupidez.-Murmuró la chica para sí misma, frotándose sus hombros en busca de un poco de calor por la fría y constante brisa.-Debí quedarme en casa, mi abuela debe estar tan preocupada.-Susurró Eri con la vos temblorosa a causa del frío y la preocupación.
Continuó avanzando a través de los robustos y torcidos árboles que daban una mala impresión a los ojos de la noche.
La preocupación y la inquietud invadían cada vez más a Eri quien deseaba con todo su ser poder regresar ahora mismo a su acogedora y humilde casa. Sus pasos eran débiles y retraídos, su respiración era pesada y sus ojos comenzaban a cristalizarse. Pero quien sería tan tonto como para avanzar por ese bosque sabiendo los peligros que podrían estar escondidos entre las sombras.
Aquella chica se reusaba a creer en las historias que su abuela siempre le contaba sobre el bosque de Sylvaine simplemente creía que era algo sacado de la imaginación de su anciana y dulce abuelita. Claro, después de todo, seres como los hombres, lobos, hadas, decepción, duendes o vampiros eran una completa mentira creada por los mismos seres humanos.
Eri estaba agotada de dar vueltas por el mismo lugar y no encontrar una salida, así que simplemente se tomó un tiempo para descansar. La chica se sentó a los pies de un robusto árbol que sobresalía en medio de los torcidos árboles a su alrededor y cerro sus ojos deseando que mágicamente fuera trasportada a su casa.
Pasaron unos largos minutos en los que el silencio y la calma reinaron en los alrededores del frondoso bosque, logrando que la tranquilidad recorriera el cuerpo de Eri. Aquella paz era relajante y embriagadora, o así fue hasta que los arbustos comenzaron a sacudirse alarmando a la chica que dio un pequeño brinco de la sorpresa.
Aquellos arbustos se sacudían violentamente dando a entender que algo o alguien estaba a punto de salir de ahí. La chica se levantó despacio y tomo lo primero que encontró que resultó ser una rama que ni siquiera servía para defenderse antes de que eso sucediera, simplemente terminaría partiéndose en dos.
-Qui-quién está ahí estoy armada y sé usarla.-La vos de la chica salió temblorosa, resaltando más de lo que quería su miedo.
Dando unos pasos hacia adelante, sujetó con fuerza la rama entre sus manos temblorosas, esperando lo peor. Aquella cosa saltó sobre ella, haciéndola caer hacia atrás mientras gritaba desesperada al punto de llorar.
Pensó que era su fin y que aquella cosa se la comería viva, pero esos pensamientos solo duraron unos segundos hasta que una mojada y pequeña nariz olfateo su rostro. Abriendo levemente sus ojos descubrió que su agresor no era más que un pequeño y adorable conejito que seguramente estaba más asustada que ella en ese momento.
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A través del Tiempo. ✄┈┈┈┈┈ Park Sunghoon
Fanfictionೃ࿐♡ೃ࿐♡ೃ࿐♡ೃ࿐♡ೃ࿐♡ೃ࿐♡ En el año 2005, una serie de sucesos paranormales comienzan a atormentar a un pequeño pueblo a las afueras del bosque de Sylvaine en el que se rumorea que los vampiros acechan entre las sombras de aquel misterioso bosque. Eri, un...