solicitud aceptada

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La mañana arribó sin esperar al americano, pues no había alcanzado a dormir nada al tener la mente tan ocupada con la lluvia de nervios que traía encima. Sabía lo que le esperaba al día siguiente y eso lo carcomia en el interior, se quedó fijamente viendo al techo esperando el sonar de su alarma que no tardó mucho más en llegar.

— Sigh...— extendió su brazo y apagó la alarma, era hora de prepararse para este día que sabía con certeza que sería uno horrible.

Se puso su traje típico azul marino, corbata Roja y sus zapatos que tenían un ligero tacón que hacia sonar su presencia

...

Los países acumulados esperaban en la habitación número 20 del edificio de la ONU, cada rincón con un país diferente, con vidas diferentes, personalidades ajenas a la suya, problemas personales que el desconocía pero seguramente eran menores que los suyos; el americano sintió a alguien tomar su brazo y al darse la vuelta se le heló la sangre, aun no estaba listo para afrontar todo lo que le esperaba

— América, ¿que pasó? ¿Por que no volviste a llamar? — lo mira con una mirada fría, pero si bien el euroasiático es difícil de leer, podría apostar que había preocupación en sus ojos

América vio a su alrededor tenso, divisando a su padre en una esquina sentado tomando una taza de te con la mirada fija en el, observando cada movimiento de su hijo mayor, lo estaba acechando como la bestia que era.

— uh...— dijo incomodo safandose del agarre del Ruso

— Eso es...— vio por debajo de la manga de su saco una mano robótica, el de 50 estrellas  aun se estaba acostumbrando a ello, intento ocultarla lo más que pudo ya que por primera vez deseaba que los reflectores no lo vieran a el

— Rusia...—

— Me tenias...nos tenias preocupados a todos, tu padre ayer me llamó y- —

— Rusia. — lo llamó viendo de reojo a su padre — Lo siento, pero quiero que te alejes de mi. —

— ...¿Disculpa? —

— No pienso decirlo dos veces, Rusia. Alejate de mi, no quiero verte, no quiero hablarte, no quiero respirar el mismo aire que tú, dejame en paz. — paso saliva, realmente no pensaba eso y menos lo quería; claro, Rusia es una persona molesta, sarcástica, con un ego más grande que su cabeza y una profesión que deja bastante que desear en términos legales...pero después de todo, era aquel que lo acogió en su casa esa tarde de lluvia, fue aquel quien lo ayudó con su brazo e intentó salvar su economía sin importar todas las cosas que se habían dicho antes, fue aquel quien le dio un espacio en su casa haciéndolo sentir seguro después de tantos siglos...

— ¿America?...—

— Adiós, Rusia. — le da la espalda y se perdió entre tanta gente, se fue con un nudo en la garganta, algo en si le dolía, su padre lo estaba aislando nuevamente.

— América, ¿te encuentras bien? — Alemania se acercó

— No hablemos de eso, la reunión esta por comenzar. —  tomó aire — Alemania, puedes sentarte a mi lado está vez en la reunión de potencias? — dijo con la mirada baja y la voz algo temblorosa

— Uh...claro que si, tenlo por seguro— le sonrió algo triste, se notaba que su contrario estaba devastado, quiera o no había formado un lazo extraño con el comunista, tal vez no el de una amistad formal, mucho menos una romántica, pero sin duda era una cercana a pesar de saber tan poco del otro.

 𝔐𝔞𝔣𝔦𝔞 𝔵 ℭ𝔞𝔰𝔰𝔦𝔫𝔬 //omegaverse (🇷🇺x🇺🇸)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora