Llegó el 24 de diciembre, noche buena.
Como pudieron ver, no tengo mucha familia, tengo a mi tía que vive conmigo lamentablemente y me tío, que está preso. Es raro pero nunca, desde que tengo memoria cenamos en Navidad o celebramos lo mismo. Simplemente comemos como siempre, como todas las noches, a las 11 mi tía ya está dormida porque su medicación de 5 pastillas es a las 10, por lo que no llega a recibir al niño Jesús. Nunca entendí esas actitudes de ella, pero siempre pensé y sigo teniendo en pie la idea, de que todo, pero todo pasa por algo, y si ella hace todo lo que hace, aunque créanme, es muy raro, es por algo también. No sé si es justificable o no, porque no lo es tanto, pero algo es algo. Siempre va a tener alguna justificación, para mí, porque cada quien tiene derecho a elegir lo que quiere para si mismo, la libertad es uno de los recursos más valiosos que un ser humano puede llegar a tener. A pesar de las dificultades todos podemos llegar a lo que elegimos, y aunque se necesito demasiado esfuerzo por parte de la persona, se llega a la meta tarde o temprano. Por eso la libertad tiene que ser considerada muy valiosa, a pesar de sus tropiezos, no se llega a la caída definitiva. Pero, mi tía no tiene porque usar este recurso tan valioso para joyería la vida a mi. En fin, me acostumbré mucho a la loca.***
Eran las 9pm y yo estaba tomando un capuchino en el jardín de invierno, leyendo un libro que había escrito mi tío para mi tía cuando tenían 15 años. Nunca voy a tender la lógica que siempre buscan los libros para el amor, para mi el amor es una necesidad para algunos, una intoxicación para otros o simplemente un estado de ánimo, lo supongo hasta este momento de mi vida. Como les estaba contando, aparece mi tía de repente, ella tenía lágrimas negras, por lo que estaba maquillada y había llorado, como todas las tardes, no sé si era porque yo le había comido los chocolates olvodandome que tiene ansiedad o porque razón. Se acerca y me dice gritando-¿Que haces acá? -
Solíamos tener muchas discusiones, no pensaba, nada parecido a ella ni teníamos nada en común, si mi bien tía, por así decirlo, estaba loca, suponía que si tenía cariño hacia mi tenía que entre mis actitudes con oyó entendía las de ella a pesar de sus hábitos poco normales, porque no cenar ni celebrar noche buena no es nada normal dentro del punto de la sociedad claro, y sin embargo no agarraba mis cosas y me iba bien al mierda. Soportaba todo, prefería vivir con todos mis tesoros en esa mención.***
Llegó el 18 de enero, vacaciones.
Todos los 18 anteriores de los 10 años anteriores, no había ni una vez que yo faltase en esas vacaciones. Solíamos viajar durante 30 días y eran lo mejores viajes de mi vida, hasta las últimas mi tía estaba de maravilla, pero como estaba ese año, no quería vivir malas vacaciones, aunque viajando a todas partes del mundo, como Europa o Rusia, era imposible pasarla mal hasta con una persona de las más dementes. Prefería quedarme en casa, quería divertirme, pasarla bien, y probar cosas nuevas. No era mala idea teniendo dinero.
Llegó el momento de enfrentar a mi tía y decirle la situación, aproveché el minuto luego de que toma sus pastilla. Que es el único minuto en el día en el que o habla sola, llora, grita, tiene pánico o miedo a los muebles. Y más cosas que no quiero recordar ahora. Indudablemente me miro fijo y me dijo ''El derecho propio de elegir no lo tiene cualquiera, no hagas lío, no te mueras, te va a agarrar el mal.'' son frases que siempre me dijo, tengo muy en claro que no debo hacerle caso. Pero luego dice mis deducciones y me di cuenta que era un si. Llego el día y la hora, y la acompañé al aeropuerto, me dio exactamente 5 rosarios y me los colgó en el cuello, me había aguantado muchas de sus cosas en un mismo día, aunque haya habido peores, ese día estaba demasiado estrazada, pero decidí aguantar ya que se venía la mejor parte.
Llegué. Lo primero que hice fue correr hasta la torre, debía haber sido la tercera vez que subía, mi tía me dijo toda su vida que nunca debía entrar ahí, pues al salir estaba condenada a suicidarme, otra frase más. Miré los ventanales de vidrio, eran las cuatro paredes trasparentes como ventanas gigantes ocupándolas. Yo era feliz mirando todo eso, enserio. Pasó un rato y llamé a mis compañeras para que vayan a casa, quería hacer una fiesta en toda la mansión, comprar alcohol y emborracharme, porque aunque no haya demostrado en ningún momento estar triste o demostrar sentimientos negativos, soy una persona que la pasó muy mal en su pasado, pero está agradecida de haberlo vivido porque sin el, no sería la persona que soy ahora. Quería escapar de la realidad con mucho alcohol recorriendo mi organismo.
A las 11 en punto llegaron todos, eran de 500 que van a mi colegio, 200. Trajeron mucho alcohol y pastillas, no era lo que quería, pero me servían. Todavía no estaba lista, fui rápido a mi habitación, me maquilla lo que más pude y escogí un atuendo que había comprado en unas de mis vacaciones, unos leggins negros de lycra con un suéter abrigado negro también, me puse un collar dorado para que me levante y me peine con una trenza espiga.
A las 3am, me había desmayado, estaba inconsciente, en coma alcohólico. No quería llegar a ese punto, pero tampoco me importaba mucho a donde iba a llegar, si me entero quería olvidarme de todo y así fue, aunque se me haya ido de las manos. Desperté a las 10, me habían internado en un hospital que quedaba cerca de la casa, me habían llevado mis amigas, me pusieron suero y me sacaron sangre. Lo primero que hicieron fue tratar de contactarce con mi tía, yo cuando logré acordarme parte de lo que había pasado, fue muy temeroso pesar al menso una de las cosas que mi tía iba a hacerme. Era todo muy horrible, no tenía nada de suerte.