parte única

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Jimin se encontraba en su cocina, estaba preparando su preciado desayuno. Su confles con leche.

El pobre Omega no sabe cocinar, la última vez que lo intento quemó la cocina de su madre y recibió la paliza de su vida.

- todavía recuerdo el cable - tembló de solo recordar.

Inicio.

Primero las ojuelas de maíz, azúcar y cuando fue a la nevera...

- ¡No puede ser! ¡No hay leche! -

Pataleo, como un niño.

- Ash, creo que le pediré al nuevo vecino, sip, ese alfa es un Díos griego -

Ese alfa realmente era guapo.

Tomo su cuenco con las ojuelas y salió de su apartamento, tocó la puerta.

Nadie abrió.

Otra vez.

No habrío.

- Que alfa más maleducado, jum. - cruzo sus brazos con un adorable puchero.

Estaba a punto de volver a tocar pero la puerta fue abierta, una ola de feromonas choco con su cuerpo, sus piernas temblaron, sintió como su entrada comenzó a lubricar y su lobo saltó de alegría.

- ¿Se te ofrece algo? - una voz ronca lo recibió.

Era muy obvio que estaba en celo, Jimin no era imbécil, corría peligro y lo sabía.

- mm, bueno, yo quería saber si tenía un poco de leche.

Levantó su tazón.

Estaba muy sonrojado, respirar ya era difícil, el olor del alfa era muy fuerte. Era un alfa dominante.

- Si, pasa - le habrío la puerta.

Jimin paso, todo el departamento olía a eucalipto, sintió sus piernas flaqueando.

"Dios, se que he hecho muchas cosas feas, pero haz que este papasito me coja duro, por favor, amén"

El alfa lo guío hasta la cocina y le señaló la nevera, Jimin puso su cuenco en la mesa. Habrío la nevera y tomo el jarrón de leche bajo la atenta mirada del alfa, el Omega estaba comenzando a sentirse muy caliente.

Con sus manos temblando lleno su cuenco.

- mu- ¡AHG!

El alfa disparo una gran ola de feromonas, logrando que el Omega entrara en celo. Jimin cayó al suelo, su respiración se acorto, el calor y deseo invadía su cuerpo.

- Omega, mi leche sabe mejor.

Dijo con los brazos cruzados.

- te lo demostraré.

El alfa se acercó a el, lo tomo de la cintura y lo cargo hasta el sofá. El se sentó con el Omega en brazos.

- Alfa, follame, por favor. - chillo.

- Arrodillate.

Utilizo su voz de alfa, Jimin rápidamente obedeció, el Omega sabía lo que el quería. Bajo el cierre de los pantalones del alfa.

Dios, ese pene era una obra de arte, era muy grande y grueso, dudaba si podría tragarlo. Comenzó a bombearlo, de arriba a abajo, mientras el alfa gemía.

Jimin no espero más y metió el pene en su boquita, bueno intento, no pudo tomarlo todo, las arcadas llegaron rápido, pero no se detuvo sigui lamiendo y chupando el gran pedazo de carne.

Con su mano izquierda le masajeaba los testículos, mientras que con la derecha masturbaba lo que no podía entrar en su boca.

- Dios, la chupas tan bien.

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