In The Middle Of The Shadows

I - ¿Quien es ella?

Y así comenzaba otro día, uno como cualquier otro, sin algo diferente a los demás, al despertar siempre veía las mismas cortinas azules que cubren mis ventanas y las sábanas negras ya algo viejas que cubren mi cama.

-Que sueño tan raro tuve, ha sido el mismo desde hace unos días. De nuevo estaba sola en la calle y todo estaba muy obscuro - pongo mis manos manos en la cara y talló mis ojos - Dejaré de jugar videojuegos tan noche - suelto un bostezo y estiro los brazos hacia arriba.

Mi alarma marcaba las 7:00 am, aún tengo una hora para llegar a la escuela y hacer lo de todos los días: sentarme en un pupitre súper plano e incómodo y escuchar los mismos parloteos de los mismos profesores, pero necesito mantener mis calificaciones y darles a demostrar a mis padres que no pagan en vano la universidad.

Hago a un lado mis sabanas y me siento en el borde la cama por unos segundos. Salgo de mi cuarto y entro al baño para bañarme para después desayunar algo, si no lo hago mi madre se enoja.

Me gusta sentir el agua cayendo en mi cuerpo, es muy relajante y me dan ganas de no salir, pero también son momentos en los que me pongo a reflexionar y a pensar de más. Tiene tiempo que mi cabeza no me deja tranquila y solo me tortura, pero me lo he ganado.

Salí de la regadera y me vestí con la ropa que dejé desde ayer en el baño: unos shorts de mezclilla con unas medias negras, una blusa negra y mis tenis, ¡adivinaste, también son negros! De la ropa interior no daré detalles.

Me miré en el espejo, cepille mi cabello y lo peine con una coleta a pesar de ser corto, cepille mis dientes y dejé la ropa sucia en el cesto. Bajé por las escaleras hasta la cocina, había una nota de mi madre pegada en la puerta del refrigerador:

"Hija, te dejé el desayuno preparado. Tu papá te dejó dinero a un lado de la televisión, dejé tu patineta en la cochera, no llegues tan tarde y ve con cuidado. Te amamos"

Mis padres se fueron más temprano. Tomé los panecillos de dentro del refrigerador, una manzana del frutero y los guardé en mi mochila que puse sobre la mesa, mi madre odia que haga eso y como ya se fueron no se enojará conmigo por no desayunar. Tomé el dinero, guardé mi teléfono en la mochila y fui a la cochera por la patineta, las ruedas estaban llenas de lodo pero no hay tiempo para limpiarlas, salí de mi casa y patiné hasta la escuela, después de todo no estaba tan lejos.

Espero que Gwen haya hecho el trabajo de biología, no era la gran cosa y el maestro la mayor parte de las veces no se toma la molestia de revisar las tareas.

No he podido de dejar de pensar en todos esos sueños tan raros que he tenido últimamente, cada uno se siente más real que el anterior. Ya me estoy volviendo loca, mi vida se siente muy irreal desde lo que para mí es el "Día 0" . Mi celular suena dentro de mi mochila, es una llamada de Gwen, me detuve para contestar:

-Hola Gwen, ¿qué pasa?

-¿De nuevo llegarás tarde, Mia?

-No, ya estoy a solo unos minutos, voy en mi ataúd con ruedas.

-¡Date prisa! El maestro ya viene en camino, trate de distraerlo.

Mientras hablaba con Gwen, alguien me observaba desde el otro lado de la calle, una mujer no más grande de edad que yo, con el cabello gris algo ondulado, jeans y blusa negra, su tono de piel era muy pálida, no dejaba de mirarme y de sonreírme de una menta muy extraña, no es alguien que conozca así que solo la ignoré.

-De acuerdo, llegaré lo más rápido que pueda, te debo una.

-No, me debes como veinte! - ríe en voz baja - aquí viene, te veo en un rato - cuelga.

Guardo el teléfono en la mochila y subo a mi patineta y me impulso para andar. Solo me di la vuelta y aquella chica ya no estaba, siendo sincera si me dio un poco de miedo. Su mirada era tan directa y sentí escalofríos, pero algo en ella me parece familiar, creo haberla visto en algún lado pero no estoy segura.