Alastor Hawort

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El cielo es tradicionalmente la ubicación del trono de Dios y de los ángeles de Dios, y en la mayoría de formas de cristianismo es la morada de los justos muertos en el más allá. Dónde habitan ángeles de todo tipo, desde tronos hasta guerreros, desde serafines hasta querubines.

Leía una hermosa mujer morena, toda una dama hecha y derecha, en sus brazos cargaba a su hijo Alastor Hawort, quien escuchaba atentamente a su madre leer.

Un ángel de la guarda es aquel que tiene la misión específica de cuidar y orientar a cada persona durante su vida en la Tierra. Lo orilla a hacer el bien para así alcanzar la felicidad y facilitar su llegada al paraíso.

Alastor escuchaba atentamente a su madre "Yo tengo un ángel de la guarda?" Preguntó con inocencia, la mujer dejo de leer y posó su vista en su hijo, sonrió y con una suave voz respondió "por supuesto cariño, tú siempre tendrás un ángel que te cuide y te proteja de todo mal" al oír aquellas palabras Alastor cerro sus ojos y con una sonrisa pura se recostó en el pecho de su madre a dormir.

"Por favor no! Suéltame!" Se escuchaba gritar a una mujer, Alastor estaba escondido debajo de su cama escuchando todo, otra vez, su padre había llegado borracho y al parecer tuvo un mal día, desquitandose con su mamá "Mami..." Susurró para si mismo, de repente sintió un cálido abrazo, raro, no había nadie más con él, pero ese abrazo le daba algo de paz.

Vio a su madre entrar a la habitación su vestido estaba rasgado, su rostro triste y golpeado y cojeaba, se sentó con dificultad en el suelo "Lamento que oyeras todo cariño" susurró, Alastor salio de su escondite directo a abrazar a su madre quien a pesar de todo le dedicó una sonrisa llena de amor "Te parece si hago la comida?" Preguntó el niño a su mamá, con tan solo 6 años era bastante independiente y solía ayudar a su mamá en todo lo que pudiera "Estaría bien" respondió con melosa voz.

"Eres un buen niño"

Después de curar a su mamá bajo a la cocina y abrió el refrigerador, tomó lo necesario para cocinar y comenzó a cocinar un platillo que su mamá le preparaba siempre que podía, Jambalaya, una receta mortal, de hecho, casi mata a su mamá. Después de cocinar sirvió la comida en dos platos, algo de jugo en dos vasos y puso todo en una bandeja, subió hacia el cuarto de su madre y ambos comieron como usualmente lo hacían.

Alastor: ¿Porqué no te separas de papá?

Preguntó con inocencia el niño, preocupado de que siempre la golpearan, su madre se quedó pensativa un momento para responder la pregunta realizada por su hijo "Quiero hacerlo, por eso te he enseñado a esconderte bien" dijo con voz seria y preocupada "Él me tiene vigilada, si intento irme me matarán junto a ti"

Su plan era el siguiente: enseñaría a su hijo a valerse por si mismo en caso de que ella no sobreviva, en una fecha donde vean oportunidad se irán de la mansión, atravesaran el bosque escondiendose de los guardaespaldas y soldados que rodean la mansión, sabe que ella tiene pocas probabilidades de sobrevivir, pero si puede hacer que su hijo salga de esa prisión, ella está dispuesta a dar su vida.

"Yo te protegeré mamá" Alastor abrazo a su mamá, ella le dió un suave beso en su frente. Al llegar la noche ambos durmieron abrazados en la misma cama, mañana sería otro día.......

Al día siguiente se escuchó un ruido proveniente de la cocina, madre e hijo se levantaron de un salto de la cama, vieron como la puerta se abrió de golpe mostrando a un hombre ebrio con una botella en mano "Dónde está mi desayuno?!" Alastor estaba asustado, ahora su madre no había alcanzado a esconderlo "Mujer, tu deber es hacer lo que te digo" se acercó a la mujer, quien protegía a su hijo como podía, la botella fue arrojada al suelo y el hombre tomó del cabello a la mujer, quien soltó un quejido "Déjala!" Gritó Alastor "El niño quiere hacerse el valiente eh?" La soltó y se dirigió al niño, quien estaba retrocediendo del miedo.

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