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Una muchacha de aspecto inusual se encontraba sentada en el comedor de su casa. La chica tenía unas alas de varios tonos rosados y naranjas, se veían delicadas. Veía el formulario que tenía enfrente sobre la mesa, su pierna se movía frenéticamente con ansiedad, un tic común que le era habitual cuando estaba nerviosa, no sabía qué hacer.
Tapó su cara con frustración, ¿Porqué estaba tan indecisa? ¿Quién dudaría por algo como eso?
Escuchó unos pasos y la albina levantó su mirada mientras fruncía sus labios y dejaba de mover su pierna.
–¿Estás bien, Churro? – preguntó un muchacho que era la copia exacta de su hermana. Al escuchar ese tonto apodo relajó sus facciones faciales. –¿Sigues dudando? – la muchacha asintió lentamente, parecía que le avergonzaba responder. Él la miró con compasión.
–Y-yo, perdón, es que... ¿Qué tal si no nos ajusta el dinero para que yo entre? Además, no estoy completamente segura de si quiero ser heroína. – respondió justificándose.
Él agarró el papel bajo la mirada de su hermana.
–¿Este papel? ¿El precio por tu felicidad y satisfacción? Lo valen. No pienso discutirlo Cho, ¿Es lo que quieres hacer? Hacelo. Yo vivo por tu felicidad, trabajaré por ella, yo pude entrar, asi que tu también, encontraré un mejor trabajo, no te preocupes por ello. – la muchacha con sus ojos cristalizados aleteó sus alas mientras se acercaba a su hermano.
–Es lo que quiero hacer, no dejaré que tus esfuerzos sean en vano. Te haré orgulloso, también trabajaré por ello. – dijo sollozando mientras abrazaba a su hermano. –Te amo, Satoru. – dijo con suavidad.
–También te amo Cho... También te amo...
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–¡Choooo! – llamó a la puerta una muchacha de piel rosada.
El siguiente día llegó, Satoru ya había salido a la UA, y Cho terminaba de alistarse para ir a su escuela.
Sin paciencia, la de ojos ámbar decidió entrar a la casa, no le preocupaba, pues tenía la confianza suficiente, era la casa de su mejor amiga después de todo.
–Mina, esperate. – dijo la albina mientras se ponía sus zapatos en lo que trataba de caminar, casi tropezandose. –Confianzuda, alégrate que mi hermano se fue ya a la Yuēi. – mencionó con un puchero.
–Ay, ya para que, vamonos que es tarde, mira que no quiero que nos regan̈en otra vez, que capaz ni nos dejan entrar al salon.
–Callate que es mejor que no, no estudié para el examen de química, me van a pisar. – la chica insecto dijo casi llorando, saliendo del hogar de los Nabatame, se dirigieron a la escuela a paso rápido.
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Las muchachas milagrosamente llegaron tres minutos antes de que sonara la campana de su primer periodo de clases, ahora ya se encontraban en receso, se encontraban en una banca enfrente de la la pista de atletismo, habían otras personas en el área y estaba relativamente tranquilo.
–¿Y bien? – preguntó Ashido sin ver a la alada, esta la miró con confusión.
–¿Y bien qué?
–¿Llenarás el formulario para entrar a la UA? – preguntó volteandola a ver.
–Pues... sigo con dudas, tú ya sabes mi situación económica y, no quiero presionar a Satoru, él ya está abrumado con su trabajo y no quiero que tenga que trabajar por los dos, no quiero desperdiciar lo que queda mamá y papá, siento que sería muy egoísta pero quiero- – se vio interrumpida por Mina quien la agarró de su hombro, al verla se dio cuenta de su expresión monótona.
–Cho... entiendo la falta de dinero, no puedo ayudarte completamente con ello, pero si es tu sueño, lucha por el, se que Satoru ya te estuvo convenciendo, y se que quieres hacerlo, es simple, hazlo, puedes encontrar un trabajo, sé que no será fácil pero siempre hay soluciones.
–Mina, no me dejaste terminar, – río la oji azul. – si me voy a apuntar, encontraré un trabajo dentro de poco, estoy planeando ser mesera, después encontraré mejores oportunidades. – termino de decir y Ashido suspiro aliviada.
–Idiota, ¡Me asustas! Pero me alegro por ti, si no te convence con palabras te juro que lo hacía a golpes, ¡no quiero ir a un colegio para héroes sin mi mejor amiga! – Al escuchar dichas palabras, la chica mariposa sonrió.
Ahora estaba más que decidida en convertirse en un héroe.
–Haré a mi madre feliz, eso será por seguro. – dijo al aire, haciendo a su acompañante sonreír.
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