Notas/Advertencia:
1. Es básicamente un trío sexual entre Sesshomaru, Rin & Kohaku. Si no te interesa o te parece desagradable, no lo leas.
2. Los personajes son propiedad de Rumiko Takahashi.
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La primavera tenía algo especial para Kohaku. Le gustaba sentarse en la colina bajo el arbol frondoso que estaba en la cima. Desde ahí podía ver la aldea a lo lejos, los campos de cultivo y el río.
El aire fresco llenó sus pulmones y trajo consigo el aroma de las flores silvestres y el césped que tapizaban el entorno. Un aroma tan natural y puro que le recordaba a Rin.
A su mente vino la imagen de su rostro, siempre con la sonrisa más deslumbrante que el sol, con ese brillo en la mirada que le ganaría en una competencia a cualquier estrella en la noche más despejada, con su cabello alborotado, tan suave y tan libre igual que ella. Con la voz de un ángel que hacía juego perfectamente con su belleza. Con ese kimono púrpura de mariposas amarillas que tanto le gustaba porque era un regalo de Sesshomaru-sama.
Suspiró una vez más al pensar en Sesshomaru-sama. Su rostro imperturbable, sus ojos alargados como los de un cazador al asecho de una indefensa presa, el color del oro derretido en ellos, el rostro de porcelana cincelado por los mismos dioses, el cabello plateado, sedoso, brillante. Él era una criatura etérea que robaba el aliento de quien estuviera ante su presencia.
Rin y Sesshomaru eran la pareja perfecta, la dualidad hecha persona, el complemento de dos almas que estaban destinadas a estar juntas. El sol y la luna, el día y la noche, la primavera y el invierno.
Kohaku era más bien un eclipse, la tierra, el verano o el otoño. Estaba cerca de ellos, podía acercarse lo suficiente para ser considerado privilegiado, pero existía una diminuta distancia que le impedía tocarlos o se quemaría al contacto.
Fue la primavera anterior cuando se dio cuenta de que lo sentía no era afecto fraterno por Rin o admiración por Sesshomaru. Hacía un año que los tres descubrieron los verdaderos sentimientos que se arremolinaban en su interior.
Primero, fue Rin. La escuchó en casa de Sango confesando que amaba a Sesshomaru, no como protector, no como amigo, sino como hombre.
Después fue Sesshomaru. Desde luego con sus sentidos tan agudos como yokai había notado el cambio en el aroma de Rin, los latidos acelerados de su corazón, sonrojos más sutiles y el tacto que era tan distinto. Así empezó a verla diferente. Él también se enamoró. Era cuestión de tiempo, cuestión de convivencia, cuestión del destino.
Kohaku supo que estaba perdido cuando su propio corazón empezaba a latir desbocado en presencia de Rin, se ponía nervioso cuando ella se acercaba y la forma en la que la veía era diferente. Tragó saliva con dificultad al observar sus labios, parecían tan suaves y solo deseaba probarlos.
Sus pensamientos fueron derribados por una mirada helada. Giró el rostro encontrándose con la mirada asesina de Sesshomaru.
Unos días después encontró a Sesshomaru en la misma colina donde se encontraba sentado. Estaba sin Jaken, esperando a que Rin terminara de ayudar a Kaede a atender un parto.
—Buenas tardes, Sesshomaru-sama.
—Kohaku — Pronunció a modo de saludo.
Así era él, alguien de pocas palabras, alguien que se comunicaba con acciones, con miradas, con cualquier tipo de señal no verbal.
La brisa fuerte arrastró consigo algunas flores que terminaron atrapadas en el cabello de Sesshomaru en un lugar muy cerca de su rostro. Sin pensarlo, Kohaku se atrevió a acercarse y tomar los restos de los pétalos en sus manos. Al hacerlo estaba tan cerca de Sesshomaru que vio sus labios y sintió ese anhelo, esa necesidad de cerrar la distancia y atreverse a probar el sabor de sus labios, tal como le sucedió con Rin.

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Cama para tres
Fanfic-¿Es una prueba? - Preguntó Kohaku temeroso - Yo no quiero perderlos. Prefiero tener su amistad toda la vida que disfrutar... su compañía por una noche - Dijo lo último en voz baja, como si no creyera que pudiera suceder. (Leer nota al inicio de la...