Prólogo

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Las nubes oscuras se acercaban cada vez más a aquel lugar, anunciando así la pronta tormenta que caería sobre la ciudad, la noche también llegaba notándose cada vez más sus oscuros colores en el cielo.

Las personas se apresuraban para llegar a sus casas, o simplemente prepararse para recibir la tormenta en sus hogares o tiendas. El viento era frío y soplaba con una fuerza aún pasable

Bajo la oscuridad del cielo una persona, cuya identidad se ocultaba detrás de la capucha de un suéter (sudadera, como se diga) caminaba a paso rápido en una calle que mayormente se encontraba un poco solitaria, llevando en brazos un pequeño bulto envuelto en una cobija de color oscuro.

Su mirada observándo todo su alrededor, cuidando de no ser vista por alguien y llegando así hasta un callejón vacío, solitario, lugar perfecto al que decidió entrar. Encontrando una caja de plástico en el suelo, con el tamaño perfecto, acomodó unas cosas y seguido colocó el bulto que tenía.

Usando algunas hojas que estaban por ahí regadas de lo que parecía ser el períodico cubrió ese bulto, revisó su alrededor, nadie vigilaba. Soltó un suspiro antes de brindar unas palabras susurrantes, una voz cerca llamó su atención lo que le hizo salir rápidamente casi corriendo, esperaba no haber sido detectada o descubierta. Apenas pudo ser vista por alguien muy a lo lejos que realmente no le tomó importancia, pues iba más preocupado porque la lluvia no lo atrapara antes de llegar a su departamento.

Con algunos tropiezos aquel chico que llevaba su mochila en la espalda corría, rogando por no mojarse con la lluvia, más sin embargo al llegar a dicho callejón comenzo a escuchar ciertos ruidos. Se detuvo por un momento creyendo que tal vez fue casualidad, o simplemente algún gato o perro callejero, Se distrajo solo unos segundos antes de ver el cielo, sip, sin duda tenía que apurarse.

Sin embargo antes de continuar su camino el ruido que había escuchado se hizo presente de nuevo, pero esta vez, siendo más audibles, el llanto de lo que pareció ser un bebé, cuyo tono parecía ser de uno de no mucho tiempo de nacido lleno aquel callejón. Preocupado y cayendo en cuenta buscó aquel ruido esperando no fuera solo una trampa por algún ladron o asesino en serie, tal vez un poco descabellado sonaba eso pero siempre había la posibilidad de que pasara.

Missael, un joven de cabello negro y largo, tomó el valor para acercarse hasta donde se encontraba dicho llanto, encontrando la caja cubierta de hojas de periódico que se movía con levedad.

Con cuidado retiró todo y apartó un poco de la cobija, encontrando así, lo que ya esperaba en parte

-No puede ser....

Fue lo que salió de su boca al ver que efectivamente, se trataba de un pequeño, un recién nacido.


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┃Creditos de la imagen de la portada a:┃

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