Little Warrior

01

Mirando por momentos hacia la ventana, se encontraba un joven de cabello rubio, y ojos azules como el cielo, sentado en una de las sillas del comedor esperando a la llegada de Missael, su compañero de habitación, o "Roomie"

Ambos se habían conocido por la Universidad pese a que eran de carreras distintas, pues al buscar un lugar donde vivir temporalmente, ambos tuvieron que compartir el Departamento solamente durante un tiempo, pero al llevarse tan bien y tener una amistad que se formó decidieron compartir aquel lugar.

Usualmente Missa olvidaba sus llaves del departamento, y ésta vez no había sido la excepción, lo que cambió sin embargo fue que en lugar de llevarse sus llaves se llevó las de su compañero, quien al notar ésto solamente rió y lo dejó pasar.

La preocupación comenzaba a notarse en aquel joven de habla inglesa, pues la lluvia leve que supuestamente venía se había vuelto en una gran tormenta con granizo, ya era de noche y usualmente su compañero no llegaba tan tarde a casa, habían pasado ya más de 2 horas, pasaban de las 11:30 de la noche, bastante tarde ya, algunos mensajes habían sido enviados pero éstos ni siquiera llegaban a su destinatario. Mucho menos las llamadas que de vez en cuando hacia

Sus ojos comenzaban a pesar, pues no era de quedarse despierto tan tarde, y aunque relativamente aún era temprano el sueño empezaba a apoderarse de el. Philza se recargo sobre sus brazos que apoyados estaban sobre la mesa, soltando un suspiro largo y pesado, esperaba que escuchar la puerta abrirse, o el sonido de su celular, más nada en realidad, solo el tedioso sonido del puntero del reloj. Se preguntaba que estaría haciendo su amigo, o si algo le habría pasado, pues recordaba las veces que tenía que cuidarlo en la calle para no chocar con alguien o lo atropellaran, era alguien atento a los detalles y conocía bien a su compañero como para saber que se distraía con facilidad.

Sobre todo que ni los mensajes le llegaban, curiosamente se preocupaba bastante por Missa, a lo que este constantemente hacia burlas sobre ser su "madre", ambos cuidaban del otro pero era más Philza, muchas veces pensaba que era como cuidar de un niño en lugar de alguien de su edad. Aunque podía quedarse dormido en cualquier momento, los pensamientos en su cabeza no le permitian hacerlo, agradecía que ese día fuera viernes y no tuviera que ir a clases al otro día.

Alzó la vista, y revisó su celular... 11:43 pm... Y ninguna señal del pelinegro. Se levantó de donde estaba, y caminó hacia la cocina para poder preparar algo de café, no era su bebida favorita pero al menos lo mantendría despierto.

Preparaba aquella bebida hasta escuchar un ruido proveniente del pasillo, se quedó callado tratando de escuchar bien, tal vez sería ya su imaginación?, no hizo mucho caso aunque si se quedó pensando que pareció ser un chirrido, como si fuera el de la puerta, pero si fuera Missa éste llegaría haciendo un escándalo como normalmente pasa-

De nuevo un ruido, esta vez, una voz bastante aguda, y estaba seguro de que lo había escuchado, dejó la taza sobre la mesa y fue a ver el pasillo

- Missa? It's you?
︳Missa?, Eres tu? ︳

Caminó en dirección hacia la puerta de entrada y encontró algunas gotas de agua en la entrada, así como la perilla mojada, definitivamente alguien ya había entrado, también había algunas pisadas que apenas se veían pero iban en dirección a la habitación de su compañero, sin lugar a dudas había llegado ya y eso le alivió demasiado, pero a la vez le creó confusión, Missa siempre avisaba cuando llegaba, es mas, el sonido de las llaves era lo primero que lo alertaba, pero ésta vez no. No sabía que Missa podía llegar a ser tan cauteloso, pero tal vez algo ocurría como para que éste ni siquiera hubiera echo ruido, o al menos le saludara.

Pensó en tocar la puerta de la habitación, la cual estaba cerrada, aunque no lo hizo, tal vez el chico necesitaba su espacio, tenía mil ideas en la cabeza, y esperaba que la mayoría de ellas no hubieran pasado, no quería imaginar que le hubiera pasado algo a su compañero... Que le hubieran echo algo... Y que tal si... Nonono, no debía hacerse ideas por ahora. Se alejó un poco y le dio tiempo pero el sonido de un llanto de un bebé le alertó, proveniente justo de aquella habitación. Rápidamente abrió la puerta encontrándose con un Missa completamente empapado, mientras mecia un pequeño bulto entre sus brazos y había varias bolsas en el suelo junto a su mochila.