≈Te odio≈

~La charla~

(Narra Marina)

Salí de la habitación de Mateo con lágrimas en los ojos y un gran dolor en mi mejilla, me dirigí rápidamente a mi habitación para entrar y sentarme en la cama mientras las lágrimas recorrían mi rostro. Al cabo de un largo rato caí dormida sobre mi cama.

(Narra Julián)

Me encontraba en la habitación de Enzo ayudándole con unas cosas, eran las 16:13 y decidí descansar un rato así que me tumbe en la cama de Enzo mientras él me miraba.

-Que vas a hacer hoy? —preguntó él mientras seguía mirándome.

-Pues la verdad no lo sé —giré mi cabeza para mirarle— no tengo planes, y tú?

-Yo tampoco —hizo un silencio de unos segundos— y si nos vamos de fiesta con el grupo?

Al escuchar su propuesta me senté en el bordillo de la cama sonriendo.

-Me parece perfecto.

-Si quieres ve a descansar a tu habitación y yo me encargo de avisarlos —cogió su teléfono.

-Vale, luego te llamo para saber a qué hora quedamos —me levante de la cama para ir hacia la puerta.

-Vale, adiós Julián —me sonrió.

-Adiós Enzo —le sonreí de vuelta.

Salí de su habitación y me dirigí a la mía, al llegar y entrar me encontré con Marina dormida, me acerque a ella cuidadosamente para ver su rostro el cual no tenía buen aspecto, tenia el maquillaje corrido, la mejilla roja y los ojos ligeramente hinchados. Mi preocupación aumentaba mientras seguía viendo su rostro, así que decidí levantarla cuidadosamente.

-Marina —susurre mientras la movía despacio.

-Déjame —dijo en tono de queja.

-Marina despierta.

Ella abrió sus ojos y me miro mientras se incorporaba en la cama.

-Que pasa? —dijo en un bostezo mientras se frotaba los ojos.

-Tú cara, que te ha pasado? —me senté al borde de mi cama haciendo que quedáramos uno frente al otro.

-Oh, eso, no es nada Julián.

Note como le restaba importancia a algo que me preocupaba demasiado.

-Sabes que no es así, ha sido Mateo verdad?

-Olvida el tema si? —dijo alterada mirándome a los ojos.

-Como quieres que lo olvide? Tienes la cara fatal y quieres que olvide el tema? —grité.

-Pues si, quiero que lo olvides por que lo que me haya pasado no es de tu incumbencia sabes? Así que déjame en paz —dijo gritando para después levantarse de la cama e ir al baño a lavarse la cara.

Me quedé sentado en mi cama preocupado mientras pensaba en que le podría haber pasado para estar así, mi única sospecha era por Mateo quien no dudaría en hacer algo así.
Cuando ella terminó de lavarse la cara salió del baño, aun tenía los ojos hinchados lo que me seguía preocupando aún más.

Ella se tumbó en su cama otra vez con intenciones de dormirse, pero la curiosidad de saber por qué estaba así me invadía por dentro así que me decidí por conseguir saber que había pasado.

Me aclare la garganta y me senté más hacia el borde de la cama para así estar unos centímetros más cerca de ella.

-Dímelo —susurré.