1

151 5 0
                                    

Se podían oír los pasos en la nieve del aterrado Alfa,corría pero sus patas parecían ya no funcionarle por la nieve que ahora estaba matándole.

Pero no podía parar había algo más importante en juego,una pequeña canasta que llevaba consigo y la cual había estado protegiendo con su calor corporal ya hacía en su hocico.

Corrió,corrió lo más rápido que pudo por esos pasajes de nieve para poder llegar a la capital rápidamente,aquel lugar estaba lleno de risas invernales y de celebraciones por la llegada del invierno al lugar,pero de la otra cara de la moneda se encontraba un Alfa escapando con un recien nacido de la inminente muerte.

Corrió entre la gente que lo confundía con un lobo común y corriente de entregas, debido a que su pelaje era negro azabache,eso facilitaba las cosas un poco,al no parecer un cambiante nadie le pedía explicaciones.

Se escabullo hasta llegar a una pequeña florería que aunque estaban en épocas invernales tenía hermosas flores de nieve en los vitrales -Mira cachorro,esta es nuestra parada- El lobo sonrió,sabia que para el ya no quedaba esperanza,y aunque la hubiera solo seria una vida escapando una y otra vez de la muerte,no queria eso para el cachorro que tenia en el hocico.

Tal vez a ese cachorro aun le quedaba una larga vida por delante llena de felicidad.

Abrió la puerta y rápidamente se escucho la dulce voz de una mujer -Hola bienvenido en que podemos ayuda- La dulce voz se detuvo al ver a aquel lobo entrar a su florería,estaba empapado de sangre y su ojo derecho estaba completamente cerrado.

-Dios...¿Aizawa ahora en que te metiste?- Se escucho un pesado suspiro y como la mujer se dirigía a la puerta para cerrarla con llave y fijarse que nadie los estuviera viendo.

El alfa solo dejo un momento la canasta en el suelo y suspiro -Perdón Nemuri, si te digo me vas a querer matar mas de lo que ya quier- Paro de hablar por que su cuerpo cayó rendido en el suelo.

La mujer lo llevó rápidamente a una habitación que estaba atrás de la tienda donde tenía un botiquín con el cual intento curar al Alfa,justo cuando casi lo había logrado en su totalidad escucho un chillido que provenía de la canasta -No me digas que tu-

-No es mio,pero- Suspiro cansadamente -Es de una mujer muy desafortunada la cual no sobrevivió- El lobo solo aparto la mirada recordando a aquella omega peliverde en sus últimos momentos.

La omega se dirigió hacia la canasta y la tomó en manos retirando la pequeña sabana que está tenía,en cuanto quito la sabana se topo con unos ojos esmeralda brillantes que la observaban.

-Este niño es hermosisimo- La mujer tenía la canasta en manos mientras veía al pequeño bebé dentro de la canasta,tenía cabellos verdes rizados y pecas escasas pero que solo lo hacían ver más bello.

La omega lo arropó con sus feromonas y lo abrazo para que dejara de llorar llevándolo hacia la pequeña habitación donde estaba el Alfa -Cómo es que siempre consigues meterte en problemas tan atroces y al final sacar cosas tan bellas como este niño?-

El Alfa solo soltó una risa y bajo la cabeza -Ni yo lo se ah decir verdad,lo único que se en este momento es que quiero que ese niño viva una larga vida llena de felicidad- Sonrió dulcemente y se acostó en una pequeña cama que estaba en el lugar.

-Por favor Nemu,si aun te queda algo de amor en ese helado corazón que tienes,cuida de este niño aunque sea con ese poquito de amor-

El Alfa estaba llorando,ah decir verdad no lo hacía a menudo,pero en ese momento sintió una extraña sensación de tristeza que invadía todo su ser,en su corazón normalmente no había cariño o aprecio por las personas debido a que no quería llegar a ser traicionado pero aun así ese cachorro se había vuelto muy especial para el en tan poco tiempo.

Mi Cachorro (BkDk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora