Parte dos de Life Line. DeAnn tiene que lidiar con ser madre soltera y potencialmente convertirse en reina. ¿Será ella la próxima monarca reinante del Reino?
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- Hola bebé, ¿estás listo para ir a la cama? - Preguntó DeAnn entrando a la habitación de Liam.
- Si, mami - Respondió poniéndose de rodillas. DeAnn se unió a él y le colocó una almohada en el suelo para ella.
- Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Perdonanos nuestras ofensas, cómo también nosotros perdonamos a nuestros pecadores. No nos dejes caer en la tentación. Por qué tuyo es el Reino, el poder y la gloria. En el nombre de Jesús, amén.
Después de los elogios, DeAnn se acurrucó con Liam en su cama. Ha pasado un mes desde que le pusieron el yeso y podemos decir con seguridad que tanto él como su madre estaban listos para quitárselo.
- Mamá - Susurro.
- Sí, bebé - Dijo DeAnn con una sonrisa.
- Apestas - Eso no era lo que esperaba, soltó una carcajada que Liam siguió.
- Pensé que me ibas a decir que me amabas - Dijo DeAnn después de dos minutos de risa.
- Lo hago, pero luego sucedió la vida - Dijo encogiéndose de hombros.
- Momia.
- ¿Vas a decir que apesto otra vez.
- No.
- Entonces si, bebé.
- Te amo y creo que la abuela Diana estaría muy orgullosa de ti. Estoy orgulloso de tenerte como mamá - Dijo. DeAnn para contener las lágrimas que se le escapaban de los ojos.
- Te amo tanto. Lo que acabas de decir es justo lo que necesitaba escuchar. Gracias, amigo - Dijo besando su cabeza, Liam sonrió sabiendo que había hecho feliz a su madre.
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