Prólogo.

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Prólogo: "La concomitancia de un sentimiento mal definido".

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—¿Puedes, por un carajo, alejarte de mí al menos dos putos centímetros? —cuestionó con desagrado un chico rubio mientras caminaba con rapidez.

—¡L-Lo siento, K-Kacchan! —con vergüenza y un muy notorio sonrojo, un peliverde se apartó de su lado, y evitando mirarlo, continuó con su camino en la misma dirección.

Mientras tanto, eran observados por un muchacho de cabellos mitad blanco y mitad rojo, quien, con curiosidad, analizaba el comportamiento de sus compañeros. Él iba un poco más atrás que ambos, pero lo suficientemente cerca para notar sus movimientos.

Bakugō llevaba las manos entre los bolsillos, su mirada era dominada por su común ceño fruncido y labios arrugados en una mueca de desagrado, en ningún momento pareció interesarle que el contrario estuviera tartamudeando por intentar hablarle o decirle alguna cosa.

Por su parte, Midoriya parecía lanzar corazones por los ojos, bastante cautivado por aquella figura que de no ser porque él igualaba su velocidad, ya lo habría dejado bastante atrás. El chico se comportaba como si el simple hecho de poder estar cerca de él fuera suficiente para su locamente enamorado corazón.

Hasta cierto punto, lo comprendía. Y es que no podía entender cómo no se había dado cuenta antes. Cómo había sido tan ciego para no poder ver lo que estaba tan evidenciado ante sus ojos.

—K-Kacchan... ¿T-Te gustaría ir a a-algún lugar saliendo de c-clases? —preguntó Izuku después de que entraron al aula, en la cuál todavía no habían muchas personas. A leguas se notaba la ilusión en su voz y en su mirada verdosa.

—No —respondió sin miramientos, importándole romper las esperanzas del chico, concentrado en deshacerse de él lo más pronto posible.

—A-Ah... Entiendo —sonrió con un deje de tristeza, haciéndose a un lado para poder dirigirse a su asiento y prepararse para las clases de ese día, sintiéndose mal por el rechazo tan directo que recibió.

Todoroki sonrió. No porque se sintiera especialmente bien ante el dolor ajeno, pero, al fin y al cabo, Bakugō había rechazado a Midoriya, por enésima vez. Eso significaba que aún tenía una oportunidad para ser feliz con el chico al que quería. Y la tomaría.

 Y la tomaría

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Mi crush, su crush y yo [TodoBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora