Capítulo 17

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Mi anterior cuenta y capítulos previos... (RoseandIce1)

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Al abrir los ojos, Tengen sintió inmediatamente todo su cuerpo adormecido y al girar levemente la cabeza pudo notar como sus extremidades estaban sujetadas por unas extrañas fajas coloridas. Intentó liberarse de ellas, pero fue inútil, por cada tirón que daba parecía que estas solo aumentarían la presión ejercida en su cuerpo, terminó rindiéndose a los pocos minutos.

En su lugar decidió examinar el entorno en el que estaba actualmente. Era una pequeña habitación gris que estaba completamente vacía, salvo por un inodoro ubicado justo en la esquina del cuarto y un pequeño lavadero junto a él.

Trató de recordar los acontecimientos previos a su incómodo despertar y las imágenes de su encuentro con el grupo de demonios lo hicieron fruncir el ceño con desagrado. Se sentía frustrado por haber sido derrotado con evidente facilidad, pese a toda la lucha inicial que hubo, y lamentaba no haber sido capaz de decapitar ni a uno solo de los demonios. Ni a Enmu, con el que peleó. Ni a cualquiera de los otros.

Pese a la irritación que le causaba pensar en lo que pudo o no haber hecho trató de calmar su mente y recordarse a sí mismo que esta había sido su elección. Presentarse ante los demonios estando completamente solo, con la esperanza de que estos cumplieran su parte del trato y no lastimaran a sus amadas esposas. Sí... tan solo esperaba que ellas estuvieran bien.

Levantó la mirada instantáneamente ante el sonido de la puerta abriéndose y tuvo que contener un gruñido al darse cuenta de quién era. La recordaba bien, era aquella demonio femenina que causó su enojo con tan solo unas pocas palabras. Tendría que estar alerta de ella.

"Veo que ya despertaste querido Hashira" Pronunció con una voz aparentemente relajada mientras se cruzaba de brazos frente a él.

Tengen sintió por un breve momento como esta liberaba su intención asesina sobre él, causando que cuerpo se tensara por el evidente peligro que ella representaba.

"Tranquilo, solo estaba jugando un poco" Dijo la demonio mientras volvía a suprimir su aura.

"Te seré franca Tengen" Uzui arrugó el ceño con enfado ante el pronunciamiento de su nombre en boca de la demonio, se preguntó internamente cómo es que ella sabía su nombre. ¿Será que lo obtuvo de sus esposas? Si era así... ¿qué otra información más podría haber obtenido de ellas? ¿...dónde se encontraban ahora?

"¿Dónde están ellas?" Cuestionó al instante sin importarle nada más que la seguridad de sus esposas.

"¿De quién hablas?" Ella fingió desconocer a lo que se refería y tuvo que calmarse para no demostrarle a la demonio que eso lo había afectado de alguna forma.

"¿Dónde están?" Repitió una vez más con voz firme, mirándola directamente a los ojos.

"... Están a salvo." Fue toda la respuesta que necesito para poder calmar sus nervios y sentir que al menos en algo no había fallado. "Pero que sigan así dependerá completamente de ti a partir de ahora."

Nuevamente levantó la vista mientras la inseguridad, el temor y la rabia volvían a intentar apoderarse de él.

"Ya cálmate y escúchame. No me hagas perder más tiempo." Soltó un suspiro mientras descruzaba sus brazos y se acercaba unos pasos más cerca de suyo.

"Todos los que habitamos esta casa no somos leales a Muzan, nosotros lo queremos muerto. Y tú vas a ayudarnos." Lo afirmó como si fuera un hecho mientras lo miraba a los ojos, pese a que cualquier palabra que acabara de pronunciar no tuviera sentido alguno para él.

Por un momento pensó que su audición le había fallado o simplemente la demonio le estaba jugando una broma, pero la seguridad con la que había hablado lo dejó temporalmente desconcertado. Acababa de decir el sinsentido más grande que había escuchado en toda su vida desde lo de la chica demonio que no comía humanos. ¿De verdad pensó que lograría engañarlo así de fácil?

"Puede que no me creas pero es verdad, aquí solamente somos leales a nosotros mismos y Muzan es un peligro para nuestras vidas. Supongo sabes de la maldición."

Siendo honestos, en todas las misiones que había tenido hasta ahora, había conocido unos pocos demonios que habían muerto inmediatamente después de pronunciar el nombre de Muzan. Había sido una vista espantosa de presenciar...

Sin embargo, ¿cómo es que ella seguía viva luego de nombrarlo?

"En estos momentos la maldición no me afecta porque técnicamente estamos en una zona segura. Pero cuando salga de aquí, tendré que ser más cuidadosa con las palabras que pronuncie. Es algo molesto." Por el tono de su voz pudo deducir que sonaba realmente irritada por esa situación, y hasta ahora no había detectado ningún indicio que le dijera que ella había mentido en algún momento de su relato. Esto era algo tan... confuso para él.

"Ya te dije mis motivos Hashira, es por eso que deseo tu ayuda. Y antes de que preguntes, el que tu fueras elegido fue simple coincidencia. No serás el último si las cosas salen como deseo. Entonces... ¿cuál es tu respuesta?"

Aún desconfiaba de la demonio, no podía creer del todo en su palabra, pero viéndose incapaz de escapar supo que esta sería la opción más segura a tomar por el momento. Por ahora tendría que aceptar lo que ella pedía.

"De acuerdo, ¿qué quieres que haga?"

Una pequeña risa es lo que recibió de respuesta justo antes de escucharla decir. "Solo esfuérzate y da lo mejor de ti. Por cómo estás ahora, no sirves ni para jugar."

Este comentario lo frustró un poco, especialmente porque sabía que era en parte verdad. Si bien logró someter fácilmente a Enmu al principio, y casi vencer, cuando éste activó su técnica sangrienta, no tuvo tiempo ni de reaccionar.

"Pero no te preocupes, nosotros te ayudaremos a mejorar. ¡Oh casi lo olvido!" La demonio retrocedió un par de pasos mientras de un movimiento de su mano las cadenas de fajas desaparecían de su cuerpo, a lo que de manera instintiva se puso de pie mientras trataba de crear distancia con la demonio. Se mantuvo vigilante a cuál sería su siguiente movimiento.

"Me presento adecuadamente, Hashira. Mi nombre es Daki." Y dicho eso procedió a bajar el extraño manto que había cubierto su rostro hasta ese momento.

Tengen no negará que quedó momentáneamente sorprendido. La demonio lucía una apariencia completamente humana, no poseía ni un rasgo demoniaco particularmente notorio. Probablemente esto le sirvió mucho para pasar desapercibida entre la gente normal.

"Y también... soy la Sexta Luna Creciente, junto a mi hermanito claro, ya lo conocerás luego."

Lo había sospechado desde que llegó aquella noche, el aura demoniaca había sido tan abrumadora que resultaba obvio suponer que los demonios que habitaban este lugar eran sin lugar a dudas parte de las élite demoniacas. Conocer su número y nivel de poder individual era lo único que le faltaba por confirmar.

Volvió a centrar su atención en la demonio en el momento en que esta le pidió que lo siguiera.

Mientras caminaba quedó internamente sorprendido por la extravagancia de la casa, no se parecía a nada que hubiera visto antes, era un lugar demasiado irreal a sus ojos y al mismo tiempo parecía ser demasiado para unos demonios. Finalmente llegaron a la que aparentemente era la sala, un diseño muy extraño en su opinión.

Frente a él estaban tres demonios, a quienes pudo identificar fácilmente como los espectadores de aquella noche, aunque notó que faltaba uno. Ahora ya sin máscaras que los cubrieran pudo memorizar rápidamente el rostro de cada uno, peligrosamente humano, esperando que a futuro se convirtiera en información útil.

Nuevos pasos se oyeron en la habitación y no tuvo tiempo ni de procesar su actuar antes de que se viera a sí mismo abrazando a las tres nuevas figuras.

"Qué bueno que estén a salvo..." Les dijo en un susurro mientras las apretaba más en su abrazo y acariciaba el cabello de cada una para brindarles consuelo.

"Tengen-sama..."

Con que Daki, eh? (continuación)Where stories live. Discover now