¿Injusto?... Quien sabe.

Parte 4... a los años...

TodoBaku

Trabajo realizado sin fines de lucro; todos los personajes utilizados son de total autoría de Kōhei Horikoshi.

Alterno.

-¿Me abandonarás?-

Otro suspiro.

-¿Qué hice?-

Y el cenizo no siguió preguntando; conoce la respuesta de sobra.

Ríe.

Ríe dolorosamente, antes de que las lágrimas escaparan de las irises rojas. Esconde el rostro entre sus manos y no evita pensar que así tuvo que haberse sentido el peliverde cuando lo botaron.

Karma.

El bicolor le pasa un sobre y el corazón del otro se achica.

-Terminemos con esto, Katsuki.-

Sí, naturalmente, es hora de terminar con todo.

Hace meses que lo viene posponiendo, queriendo convertirlo en el juego del zorro y el sabueso para que durara eternamente; pero Shoto nunca ha sido paciente. Así que toma lo que sea y comienza a leer.

Los papeles del divorcio.

Si se permitiera el dramatismo, estaría desmayado y no ahí sentado y temblando de frío. Oye la puerta cerrarse y sabe que su señor Todoroki se ha marchado.

Una enorme rúbrica en la parte de abajo le recuerda que nada es un sueño: el heterocromático ya no quiere nada con él. Incluso los anillos de promesa y boda están en una bolsita dentro del sobre. Puede simplemente romper los papeles, ignorar e intentar seguir como siempre, sin embargo, el daño está hecho.

¿Firmar o no firmar? Bueno, tiene la noche para pensarlo.

.

Está tentado a prender incienso y orar porque el ojirubí comprenda. Claro es que él no quiere la separación, no ahora que por fin se establece, luego de tantos giros y desbalances... pero no puede más, ya no puede más.

Enji tenía razón: lo que mal empieza, mal acaba. Confiaba en que su pronto ex esposo modificaría su comportamiento para bien con el pasar de los años, que finalmente se enamoraría de él; lo suficiente para empezar a agrandar a la familia.

Es un estúpido.

Las fotos regadas en su cama se lo gritan y derrumban todos los planes a futuro.

Una donde come con un peliverde.

Una donde besa a un peliverde.

Una donde abraza a un peliverde.

Una donde observa a un peliverde.

Una donde ambos sonríen deslumbrantes... donde Katsuki no es falso.

Los sueños donde él debería ser el protagonista, otro lo es.

Y el único nombre que debería salir de esos finos labios, no lo hace... confundiéndose con el de alguien más.

¿Qué fue lo que hizo? O, ¿Qué fue lo que no hizo?

Frustrado, se empina la botella de ron y así tolerar la noche sin el calor de la anatomía ajena... si es que puede dormir.

En el recuento, se lleva un mal trago por el tiempo desperdiciado junto al blondo; un lapso que pudo haber aprovechado para hacer otras cosas, pero su terquedad es una cadena difícil de romper. Y eso le ha costado caro.