Llegué a una casa que parecía muy linda, toque el timbre y salió una mujer entre 40 y 50 años muy linda y parecía de dinero, la hipnotice para quedarme en su casa y al parecer era divorciada con una hija, así que pase a hipnotizar a su hija y les hice creer que era una prima lejana y que me quedaría en casa para ir a la escuela con la chica, por suerte tenian un cuarto solo para mí que antes era el de invitados y eso sería muy cómodo.
Busqué a la hale, pero no tuve éxito, así que decidi acudir a la morgue y a la policía descubrí donde vivía el sheriff y llegué ahí para poder investigar sobre el paradero de la alfa, hipnotice al policía, pero él tampoco tenía información, lo único que había pasado grave habían sido unos robos de bolsos y llamadas de broma.
Mientras hipnotizaba al sheriff para que él pensara que llegue peguntando por un programa de policía para menores, alguien toco la puerta de su estudio.
—Oye papá— dijo entrando y se calló al verme —perdón, no sabía que había visitas.
—Yo ya me iba— sonreí —bueno señor stilinski gracias por informarme, pero no tengo auto y no quiero que me pase nada en camino a mi casa.
—Te puede llevar mi hijo Chiara.
—No quiero causar molestias — dije.
—Para nada— negó el hombre —stiles ya me oíste llévala a su casa.
—Si amm ¿por dónde vives?
—¿Conoces la casa de las martín?
—¡Vives ahí!
—Ehh sí, ¿por qué?
—Oh, no solo decía nada más sabes normal, yo sí— dijo recargándose en el marco de la puerta aparentando tranquilidad.
—Ok— dude para después salir de la habitación —gracias, señor stilinski— sonreí.
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—¿Y qué hacías en mi casa?— dijo el chico abriéndome la puerta para que subiera a su jeep azul.
—Pues quería ver si no hay un programa de policías para adolescentes, sabes algo con que matar el tiempo en verano.
—¿Estudiarás en beacon?— me dijo poniendo en marcha la camioneta.
—No creo quedarme tanto tiempo, la verdad— dije mirando alrededor.
—Ah bueno yo soy también muy curioso en el tema de policía y cosas así, pero en beacon nunca pasa nada.
Yo negué sonriendo sabiendo que era una completa mentira.
—¿Aunque te digo un secreto?
—Sí, claro— conteste sin darle importancia.
Me causaba gracia ver qué el chico ya quería contarme un secreto y ni siquiera sabía quién era yo, eso era tierno del chico, pero mi mete estaba en encontrar a laura.
—A veces escucho las llamadas de mi papá para saber qué ocurre.
Esos si me interesaba, así que sonreí y lo mire.
¿Cómo era que se llamaba? El apellido de su papá cierto.
—Amm ¿stilinski?
—¿Sí?
—¿Has visto algún caso de una persona desaparecida o un cadáver?— le pregunté.
—No, no pasa nada tan interesante aquí.
—Que lastima— dije —bueno, si llegas a escuchar algo sobre eso podrías contarme y te ayudaría a investigar— fingí ser la persona más inocente.
