trois.

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Mark se acercó al castaño y rodó los ojos

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Mark se acercó al castaño y rodó los ojos.

—¿No crees que eres lo suficientemente grande para llorar por un balonazo en la cara?

—¿Y tú no crees que deberías fijarte a donde tiras?

—Tú deberías fijarte por donde caminas.

Donghyuck a veces no entendía como es que Mark le gustaba. A veces era terco, tonto y egocéntrico. Y es que desde que la conoció a sido así. Pero en el fondo había algo que le atraía de el, tal vez la idea de que el canadiense lo cuidaría como a nada o que lo defendería de todos aquellos que lo trataban mal solo por ser un "nerd"

—Ya deja de llorar, ¿quieres?

—Rompiste mis lentes.

—¿Y eso te hace llorar? Puedes comprarte unos nuevos y ya.

—Como si fuera tan fácil.

—¡Cuidado! —Aeri gritó

Y Mark no tuvo tiempo de reaccionar cuando el balón se estrelló en su cabeza. Hyuck dejó de llorar y comenzó a reír.

—¿Qué te causa gracia?

El mayor estaba molesto y más tarde se las arreglaría con el que le dio el balonazo.

Mark suspiró molesto, el coreano se levantó y se sacudió para irse dejando a un canadiense con un chichón en la cabeza.

Mark suspiró molesto, el coreano se levantó y se sacudió para irse dejando a un canadiense con un chichón en la cabeza

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