🔪Kill Or Death☠️ -Jungkook y Tn✨ -+18🔞

Capitulo 9

Estábamos durmiendo plácidamente hasta que los autos a nuestro alrededor empezaron a sonar y a moverse de un lado a otro. Pensando que esas cosas nos habían encontrado, despertamos todos asustados.

— Tranquilas, solo es un temblor —dijo Tae mirando por la ventana que solo la cubría un pedazo de tela.

— Es horrible —dijo Clara abrazada a mí.

— Ya se detendrá —dije cubriendo mis oídos con mis manos.

— Tranquila, ya pasará.

Eso esperábamos, ya que no se detenía. Por un momento, sentí que el suelo se iba a abrir o que algún edificio caería sobre nosotros. El temblor siguió su curso, y un toque en nuestra ventana nos asustó.

— Soy yo, hay que irnos —dijo Suga.

— ¿Por qué tanta prisa? —preguntó Tae saliendo del auto.

— Debemos llegar a un lugar seguro —dije mirando a Jungkook.

— Llegaremos, no te preocupes —dijo tomando mi mano.

Todos salimos del auto. El cielo ya estaba claro; no sabíamos exactamente qué hora era, pero el sol volvía a ponerse ardiente.

— Busquemos algo para comer mientras caminamos al lugar —dijo Tae.

— No te preocupes, ya fui por algo —dijo Suga alejándose.

Abrió un auto y sacó un par de botellas y unas galletas para que comiéramos. Todos agradecimos y nos pusimos en marcha.

Tae se alejó un momento con la excusa de que quería ir al baño o algo parecido, y desapareció en un callejón detrás de nosotros. No le tomamos mucha importancia; él sabía defenderse mejor que nosotras.

Ya habíamos estado caminando un largo rato. Todos estábamos cansados, con sed y hambre. El sol golpeaba muy fuerte, pero no podíamos detenernos.

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Tuvimos la suerte de no encontrarnos con ninguna de esas monstruosas arañas gigantes; solo tuvimos que lidiar con un grupo de caminantes, nada que no pudiéramos solucionar.

La noche ya estaba de vuelta, pero no dejamos de caminar; no estaríamos en paz hasta el momento en que tocáramos esa mansión. Sabía que sería una buena idea ir allí. Esa señora tenía todo tipo de armas en ese lugar. El único problema sería si había caminantes o si ella nos dejaría entrar.

— ¿Estás segura de que ese lugar es seguro? —me preguntó Suga.

— Sí, tiene un muro enorme y rejas. Es una buena opción; es mejor que quedarnos aquí afuera —dije con seguridad.

— Y si es tan seguro como dices, ¿cómo piensas que entraremos? —me miró esperando mi respuesta.

— Para eso estoy yo —dijo Tae—. Crecí en ese barrio, amigo. Ya he entrado muchas veces antes, y no solo a esa casa.

Suga asintió, parecía que no confiaba mucho en mí. Es un odioso amargado.

— ¿A quién perdiste, Suga? —dije.

— A nadie que te importe —respondió serio.

— Solo quería alivianar el ambiente. Veo que no te caigo muy bien —le dije, y este me miró.

— No es eso, solo que no me gustan las preguntas —dijo, ya más neutral.

— Está bien, ya no preguntaré —dije, rendida.