Unico

827 61 14
                                    

La relación de Lando y Oscar era un poco... peculiar.

Habían comenzado a vivir juntos por simple conveniencia, después de que Oscar buscara a alguien para ayudarlo a pagar la renta. Pero, después de convivir tanto tiempo juntos, terminaron volviéndose cercanos, y aún si probablemente podrían pagar una renta completa por su cuenta, seguían viviendo juntos.

Y, ninguno de los dos recordaba cuando comenzó, pero, de vez en cuando, solían quedarse despiertos hasta la madrugada, bebiendo y hablando de sus aventuras de una noche. Sorprendentemente, no era incómodo, al contrario, se sentía natural hacerlo, y solo los había hecho ser más cercanos.

Así que, ahí estaba Oscar, escuchando a Lando hablar de su más reciente aventura.
—Ugh, era un tonto. — Lando rodó los ojos, quejándose- Estaba sorprendido de que no pueda correrme solo con la penetración —se quejó Lando —. La penetración está sobrevalorada, no es la gran cosa... —murmuró—. El porno miente, qué sorpresa...
—Suena a alguien que no sabe que existe algo llamado clítoris... — Oscar se rió—. Y sí, el porno miente descaradamente... —le dió la razón —. Por mucho tiempo creí que las vaginas eran de color rosa.

—¿Eh? Pero sí pueden ser rositas... —reclamó, confundido.

—No sé que harán para que se vean de color rosa en el porno... pero yo nunca he visto una que sea así en la vida real.

—Pero la mía es así —dijo, con el ceño ligeramente fruncido y sus labios en un puchero—. Y no he hecho nada para que lo sea.

—¿Qué? —Oscar fue tomado desprevenido por aquella información, sintiendo que había escuchado mal.

—Mi vagina es rosa —ahora dijo directamente, sin dejar lugar para que Oscar lo ignorara—. ¿Por qué haces esa cara?

Oscar no tenía idea de que cara estaba haciendo, pero podía imaginarse que era una mueca de incredulidad, confusión, sorpresa, y curiosidad.

Sí, curiosidad.

—Oh —soltó—. ¿De verdad?

—¿Por qué mentiría? — Lando resopló, rodando los ojos—. Mi vagina es rosa, así que el porno no miente del todo.

Oscar tuvo que reprimir su impulso de decir: '¿puedo verla?'

No era por ser raro o un pervertido (o al menos eso quería creer), pero no iba a creer eso sin pruebas. Lando podría estar mintiendo, estaba borracho después de todo, y los borrachos siempre decían la verdad.... ¡pero podría estar mintiendo!

Oscar quería ver la vagina de Lando, y no había nada raro en eso, ¿verdad? Solo quería comprobar si de verdad era rosa...

[...]

Últimamente, Lando  había tomado interés por el pole dancing, así que llevaba un poco de tiempo aprendiéndolo. A Oscar le sorprendía que Lando no lo hubiera considerado antes, ya que parecía algo perfecto para Lando.

Así que, ahí estaba Lando, trepado en aquel tubo, demostrando su flexibilidad y fuerza.

Y esa no era la primera vez que Oscar lo veía, pero si era la primera vez en la que, en vez de concentrarse en la gracia con la que su figura se movía alrededor del tubo, sus ojos estaban clavados en su entrepierna.

La pequeña prenda que lo cubría no hacía mucho, no cuando estaba tan ajustada y era tan corta, que podía ver el encaje de su ropa interior asomándose debajo.

Pero no le importaban sus lindas bragas de encaje, no cuando podía ver el contorno de su coño, y se veía tan regordete; Oscar imaginaba que sus gordos labios cubrían por completo su clítoris, que tendría que usar sus manos para separarlos y poder apreciar lo rosado de su vagina.

puppy likes pink! • landoscarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora