Único.

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Mi nombre es Hinata Shoyo, y en mi universo soy el único e inigualable Spiderman.

Hagamos esto corto, a principios de mi segundo año de preparatoria una araña radiactiva mordió mi mano durante un entrenamiento en mi club de Voleibol, cambiando mi vida completamente y dandome unos geniales poderes, de pronto; podía saltar más alto, telarañas salian de mis muñecas, me pegaba a las paredes, caminaba por los techos y mis reflejos mejoraron.

Pero no todo es color de rosa.

Salvando a la ciudad del Duende Verde perdí a mi padre, uno de los jefes de policía más reconocidos de la prefectura en Miyagi.

Ya pasó tiempo de aquello pero el dolor seguía presente. Mi vida tomó tomado otro significado y en ese momento fue cuando caí en cuenta: ya no hay escapatoria.
Ser Spiderman también significa poder dar saltos de fé, no importa que tan pequeño seas o que tan alto sea el enemigo, siempre debes seguir sea como sea, solo o acompañado.

Y yo sabia que sólo no podría, aún así me forcé a intentarlo sólo pero no lo logre.

Pero...

Ahí estaba él, quien antes fue mi rival y ahora mi compañero eterno; Kageyama Tobio me dió su mano cuando más lo necesitaba. Actualmente es el único que conoce sobre mi identidad y en lo personal, siento que es él único en quien puedo confiar plenamente.
Él notó mis cambios rápidamente, en especial en mi mejorada condición física que sucedió de un día para otro, tal vez porque es el setter del equipo o mi mejor amigo.

Con el apoyo de Kageyama tanto en la cancha como en mi travesía de héroe pude notar lo necesaria que sería su compañía en mi vida. Definitivamente, usaría todo de mi para protegerlo siempre y mantenerlo a mi lado siempre.

Bueno, esa es mi presentación de héroe, tal vez no es tan genial como los chicos de los otros universos (gran storytime, algún día se los contaré).

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"¡Me tengo que retirar antes, lo siento!"

Tomé mi bolso bajo la mirada preocupada de los demás, en especial la de Kageyama, salí a toda velocidad del gimnasio, ni si quiera tenía el traje puesto, no podía, estaba entrenando. Tuve que entrar a cualquier salón para poder cambiarme y salir de ahí por la ventana usando mis telarañas para movilizarme con rapidez.

Me había llegado la notificación de la app de noticias que uso para saber si algo sucedía, efectivamente algo sucedía; El Merodeador hizo su aparición luego de ser derrotado hace un par de meses, ese hijo de puta le encanta desaparecer y aparecer.

Columpiaba mi cuerpo por los edificios de Sendai, sentía el viento golpear mi rostro con fuerza debido a la rapidez con la que me había aprendido a mover, a estás horas de la noche este sector era mucho menos transitado, los edificios dejaban ser tan altos y modernos, se podía observar un poco más de fauna. La semana pasa tuve un encuentro con Duende Verde en un lugar bastante pero bastanteeeee similar.

Toqué el suelo en cuanto llegué a la ubicación que la alerta mencionaba; El museo de la ciudad, un lugar donde la modernidad chocaba con los recuerdos históricos de la arquitectura y el arte. Contenía historia tanto dentro como fuera de la instalación teniendo un gran patio lleno de estatuas y esculturas que con solo verlas sabías de su antiguedad.

Me dediqué a caminar mientras observaba con detalle cada figura artística presente, me encontraba llegando al ala oeste del museo cuando una punzada en mi cabeza me detuvo.

Izquierda.

Rápidamente me moví a la dirección pensada viendo cómo unos proyectiles de ráfaga aparecían por mi lado ¡Ahí estaMister misterio!, ya se estaba tardando.

Preocupación | Kagehina - One shotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora