La sobrina fea 9, Final.

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                                                                               La sobrina fea 9 fin


Olga iba muy necesitada, Claudia estaba aún algo dolorida, y solo charlaron de camino a su casa en la moto de Olga. A Claudia le extrañó que no le pidiera subir a merendar, o llevarla a su casa. La veía más arisca, pero decidió no discutir con su amiga y amante. También aprovecharía para acabar de recuperarse. Olga ya conducía muy bien por la ciudad, a base de ir y venir cada día, en el infierno del tráfico de la gran ciudad. Llegó a casa, y me vio durmiendo la siesta en el sofá.

No se lo pensó, echó la llave por dentro, por si aparecía su madre, y se fue a lavar al baño.

Sus pezones rozando mis piernas la delataron, ya me la chupaba con mucha experiencia y mimo, haciéndome tener un sueño erótico. Pero la dejé hacer, notándola más ansiosa en cuanto me la puso como un mástil.

-Aquí tumbado hasta la cena. - me dijo frotando mi cara al darse cuenta de que me hacía el dormido.

-Pelirroja del demonio. Hasta la cena, es mucho tiempo. - le dije viendo como hacía danzar sus pechos adrede, frotándose los pezones con mis muslos y chupándola hasta las pelotas.

-Tú también me echabas de menos, lo sé. - me dijo cambiando a las pelotas, y pajéandome con fuerza.

-Si, claro. Un poquito ¡Au! ¡Mmmh!. - le dije recibiendo un mordisco, y gozando al metérsela entera en la boca.

Se empezó a follar algo lenta, pero su lengua me la apretaba con fuerza. Subió las manos a mis pezones, y jugaba con ellos mientras se frotaba el coñito en mi rodilla. Ya era casi igual de viciosa y experta que su madre, poniéndome a mil en poco rato.

-Monta, o te cogeré de los pelos. - le advertí, sacándole una risita diabólica.

- ¡Mmmmh! ¿quieres que te las vacié? Tenemos tiempo. - me ofreció, después de sacársela con un buen chupetón, y aumentando la velocidad con sus ojos en los míos sonriente.

- ¡Ooojj! ¡Buuff! vale ¡Mmmh! pero date la vuelta ¡Ooojj! Quiero merendar también. -le pedí, y lo hizo en un momento. Se acomodó, sin sacársela de la boca, y noté como resoplaba de placer en mis pelotas, con mi boca y mis manos recibiéndola.

"Merendábamos" entre gemidos apagados por nuestras bocas ocupadas, y nos acariciábamos o arañábamos por todo el cuerpo. El coñito de mi sobrina se calentaba por momentos, y no le daba tiempo a su flujo a salir. Ella se follaba la boca como a mi me gusta, y empecé a meterle dedos en sus agujeros. Le abría los cachetes con su botoncito escapando de mis dientes, y le paseaba la lengua hasta pasado su culo de diosa. Se arqueaba sin poder evitarlo, y retomaba su folláda de boca con buenos gemidos de los dos.

Los dos estábamos listos para corrernos, pero gozábamos y como ella había dicho, teníamos tiempo. Empecé a meterle un dedo en cada agujero, y ella resoplaba con su endiablada folláda de boca. Con la otra mano buscaba sus pechos, y ella me hacía espacio para recibir mis magreos y maltratos en sus pezones durísimos. La jovencita experta, no pudo más, y con un fuerte gruñido de rabia, se paró con toda la polla dentro, y se empezó a retorcer. Le saqué los dedos, le solté el pecho. Y la apresé de su culo, para pegarme más a ella, y hacerla dar saltitos del gustazo. Gemía y se intentaba separar, hasta que se la sacó y pudo gemir más agusto con su coñito protestando, pero dándole muchísimo placer.

- ¡Oooojj! ¡Oooojj! ¡Oooooh! ¡Buuff! ¡sigue, sigue! ¡Oooojj! ¡así, así! ¡Oojj! ¡Oojj! ¡Oojj!
¡Aaaaah! ¡Mmmmh! me matas, ¡Oooojj! ¡Mmh! ¡Mmh! ¡Mmh!. -me pidió al notar que la dejaba escapar, volviendo a follarse la boca como una posesa.

La sobrina feaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora