Extra

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Tres años después...

El pequeño Sea no paraba de gritar y balbucear en el regazo de su padre, dando un par de brincos desperados en las piernas del alfa, estirando sus pequeños brazos hacia su padre omega, rogando ir con él.

—Entiendo cuando alguien no quiere estar conmigo. —comentó Gemini tratando de no sonar herido, riendo un poco.

Fourth río igual y negó con la cabeza, tomando a su pequeño del regazo de su alfa, para cargarlo.

—Es un bebé Gem, no te sientas mal. Los bebés suelen ser más apegados al omega, es normal. —dijo tratando de subirle el ánimo a su pareja.

Gemini negó con la cabeza, convencido con su postura de que su hijo quería más a Fourth.

—Últimamente no se quiere alejar de ti. —afirmó el alfa levantándose del sofá. —Y no lo culpó. —agregó mirando a su omega de pies a cabeza, con una sonrisa en sus labios.

Y a pesar de tres años de unión, el alfa siempre lograba que el omega se sonrojará solo con darle una mirada.

—Mami. Dulce. —susurró bajo el bebé escondiendo su rostro en el cuello de su papá.

—Si, mami es un dulce omega. —respondió Gemini, mirando encantado como las mejillas del omega se teñían de un color carmesí.

—Tú eres un alfa muy tierno, amor. —susurró el omega, suspirando. —Llevare al bebé a la cama, debe estar cansado. —dijo mirando como su bebé tenía su naricita pegada a la fuente de su aroma, sonrió por eso, Sea era idéntico a su padre, no le sorprendería que fuera un alfa igual de protector que Gemini.

—¿Quieres que te haga un té? hace frío. —preguntó el alfa amable.

— Creo que tú puedes mantenerme más cálido que un té. —respondió Fourth caminando hacia la habitación del bebé, para dejarlo en su cuna.

Gemini sonrió con esa imagen; Fourth caminando despacio, luciendo un suéter más grande que él, con su bebé en brazos, era algo precioso y que él se sentía bendecido de poder apreciar algo así.

—¡Te veo en la habitación! —gritó el alfa, una vez que dejó de suspirar por su omega.

Fourth no respondió a eso, pero sabía que lo había escuchado.

—Sea, amor. —habló el omega, llamando la atención de su cachorro. —Debes ser más discreto, pequeño. Sé que no lo entiendes, pero necesito que dejes de oler mi cuello, por lo menos en lo que se lo digo a papá. —pidió mirando a su pequeño, quien lo miraba como si no entendiera ni una palabra de lo que dijo.

—¿Decirle que a papá? —preguntó el pequeño, ladeando su cabeza, confuso.

—Nada. —negó el castaño con una sonrisa para su bebé. —Debes dormir.

—¿Por qué no puedo oler tu cuello? —preguntó Sea con un puchero en sus labios y con sus ojos cristalizados. Estaba a punto de llorar, Fourth lo sabía.

—Si puedes amor. —dijo de inmediato el omega tratando de que su bebé no llore. —Sólo quiero que lo hagas más discreto, papá es celoso. —agregó riendo, bueno, esa no era la verdadera razón, pero no le estaba mintiendo a su bebé.

—¡Pero eres mi mamá, no de él!. —gritó el niño haciendo berrinche. —Eres mío. —gruñó.

Fourth rió por eso, llenándose de ternura con las palabras de su bebé, no había duda que era igual que Gemini.

—Eso es posesivo bebé. —comentó riendo. —¿De dónde aprendiste eso? —preguntó con diversión.

—Papá, lo dice. —respondió el bebé. —Pero no eres suyo, eres mío, mi mami. —insistió el pequeño.

Un nido para Fourth   [GeminiFourth]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora