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3 meses después...

Era el tiempo en que los nuevos alumnos llegarían a la facultad, los alumnos de secundaria entrarían a la que sería una de las mejores – o peores – etapas de su vida. Pobres almas inocentes, cuando pensaban que su infierno en la secundaria habría acabado, se adentrarían en uno mucho más grande y tendrían que enfrentar la vida de adultos; escoger una carrera, largas horas de estudio, conseguir trabajo y probablemente una casa ya que en este tiempo los padres tenían la costumbre de echar a sus hijos de la casa para que enfrentaran la vida como era, dura.

—Ah...todavía recuerdo como llegué aquí con toda la actitud, que buenos tiempos. – dijo Hyunjin viendo a los estudiante nuevos.

—Hyun, literalmente lloraste a la primera semana de clases. – rio Minho.

—Por eso hablé en tiempo pasado, ahora estoy a un paso del suicidio. – explicó.

—Querer aventarse de la banca de un parque no es suicidio.

Mientras los dos hablaban y reían, los alumnos seguían pasando frente a ellos haciendo una reverencia en forma de respeto, algunos tenían la cara pintada de algún animal o gorros de papel en sus cabezas, la tradición de las novatadas nunca pasaba de moda. Todos estaban sentados en el suelo de la facultad de ingeniería, algunos llegaban hasta ellos para cumplir retos que les ponían otros alumnos superiores para obtener algo a cambio, tareas, respuestas de exámenes, comida gratis, o simplemente para obtener respeto.

Mientras Minho era besado por la tercera chica del día, Hyunjin le tomaba una foto para mandársela a sus amigos señalando en especial la cara de incomodidad y desagrado de su amigo. Rápidamente los mensajes llegaron al celular de Lee, venían memes con su cara y otros mensajes burlándose de él.

—Jodete Hwang. – le dijo a su amigo.

—Tranquilo, no es mi culpa que solo quieres que te bese Hortensio. – se burló y un golpe en su brazo derecho fue depositado.

Como recordaba a Hortensio, ya hasta se había encariñado con el nombre que sus amigos le habían puesto. No pasa una noche en la cual no pensará en los dulces labios sabor a fresa que aunque estaba borracho lo habían cautivado al punto de no querer respirar con tal de seguirlos besando; su piel suavecita y blanca con un olor dulce y su hermoso rostro que aún recordaba a la perfección. Llegó a pensar que quizás no estaba tan borracho como pensaba ya que recordaba todo – o casi todo – a detalle; se golpeaba, gritaba e insultaba a si mismo internamente por nunca preguntar siquiera el apellido o su usuario de IG.

Sí, era realmente un idiota.

Idiota por esto, idiota por lo otro, idiota por todo.

Se encontraba limpiándose el labial que la chica que acababa de besarlo traía cuando le llegó una llamada de Felix.

—¿Por qué MI novio te está llamando? – preguntó con tono posesivo su amigo.

No contestó a su pregunta y atendió la llamada poniéndolo en altavoz.

[LLAMADA ENTRANTE]

[—¡VEN RÁPIDO A MI FACULTAD!, ¡RÁPIDO LEE!]

—Amor, ¿Por qué estás tan alterado y por qué llamas a este gato?

[—¡Cállate y tráelo, YA!]

[FIN DE LA LLAMADA]

Ambos se quedaron confundidos por la repentina llamada, pero igualmente fueron a la facultad de Artes, en donde estudiaba Felix para no hacerlo esperar o si no estarían en graves problemas con el pequeño chico de labios abultados.

Tan pronto pusieron un pie en la facultad, el radar de idiotas – como lo llamaba Felix – se activó y fue hacia ellos, en lo que Hyunjin se quedó esperando el cálido abrazo de su novio como cada que lo veía, este se acercó a Minho y estampó su mano en su mejilla dejando el área roja con la marca de su mano.

100% heterosexual Donde viven las historias. Descúbrelo ahora