pensamientos del alma

Deseo absorbente.

Esperaré por ti durante la madrugada, ansío tu cuerpo sobre el mío suplicando mis entrañas. Esperaré tras mi ventana la silueta de un paraguas y una bufanda jugueando con el viento, que sopla implacable como si quisiera detenernos.
Corro a tus brazos y me hundes en besos y caricias, no hay cielo que pueda desear más que éste, no hay paraísos comparables si me miras de esa forma, tan dulce y envolvente, tan natural, mágica, celestial, excitante y misteriosa que me lleva hasta tu boca para robarte el alma en un beso.
Cerramos las puertas, y nos miramos fijamente sin articular palabra, hablando con el cuerpo que exhibe mis deseos por ti. Tomas mi cuerpo y acaricias mi piel, me besas... Y yo sólo me dejó llevar por una ola de placer que crece como un huracán dentro de mi y me cega la razón.
Te detienes en mi escote y recorres mis piernas apretándolas y acariciando con pasión a flor de piel. El encuentro de pieles, el roce ardiente, los gemidos sofocados, la búsqueda insaciable de tus labios y tu lengua, los vidrios empañados y nuestra explosión de deseo, un deseo absorbente.