Tal vez las promesas suelen ser mucho mas poderosas sin saberlo.
- Cuando me senté, y cerré mis ojos. Empecé a entender y recordar todo lo que perdí al morir.-
Así fue cuando recordé todo de mi vida anterior, las piezas se unieron. Esa chica que r...
Había salido de mi entrenamiento, soy soldado en el ejército. Me van a trasladar a Washington DC. Había sido muy difícil, puesto a que yo no tenía demasiado dinero. Pero me habían cubierto la mayoría de los gastos, realmente era un alivio total. Miré mi bolso recargado en mi hombro.
Sabía que Washington es hermoso, lleno de edificios Y cosas nuevas por explorar al igual que conocer. No conozco nada de ese lugar y eso lo volvía mucho más interesante. Sabía que es un lugar muy recurrente y conocido. Miré por unos momentos mi ciudad, que pronto dejaría. Tome aire mientras veía muchos de aquellos coches pasar. me puse afrenté de una tienda explorando ese lugar, pero de repente escuche algunas palabras levemente altas. Como un debate. Una mujer discutiendo...esa mujer es condenadamente hermosa. La mujer más hermosa que mis ojos pudieron ver. Mi corazón palpitó más rápido, parpadeó. Me sentí como un idiota al mirarla tanto, sabía que seguramente se daría cuenta pronto.
Su pelo negro, esponjoso y se veía suave...quería tocarlo pero no.
No quiero ser un acosador, no por Dios.
O simplemente un irrespetuoso.
La observe, Su piel tan única para mí. Tal vez es una mezcla con un afrodescendiente y un blanco. Es notorio. Es muy hermosa. Y su forma de ser, completaba todo. Tan derecha, testaruda y aferrada a lo que era correcto, tan correcta. Parecía mal educada pero no es eso, esque era sincera y no estamos acostumbrados a eso...Joder que me pasa?
Volteo al notar que yo la miraba como obsesionado, mi corazón dio vuelco. Fue como una conexión increíble porque nos quedamos viéndonos. Ella con una mirada confusa, su ceja levemente alzada. Es el resumen tan completo de querer que dejara de mirarla. Sus ojos color chocolate y yo sólo estaba tan embelesado perdido en esta, no eran ni verdes, ni azules. Eran cafés que quitan el sueño.
Aparté al instante mi mirada, solté una risa nerviosa. Mire el letrero, Es una tienda de vestidos para mujeres. Mire de nuevo adentro. y aquella mujer me fulmino con la mirada, tal vez pensó que me estaba burlando o pensó que era un jodido acosador.
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