gamer

capítulo 2

La fiesta no estaba siendo aburrida, como Rosé había pensado en un principio. Ella se divirtió con Lisa y sus otras amigas.

Sin embargo, hubo un momento donde Rosé se sintió enojada con el universo. Jennie y Minnie comenzaron a bailar juntas, cada vez más pegadas y riéndose, eso hizo que Rosé estuviera celosa; ella quería hacer eso con Jisoo. Rayos, estaba pensando demasiado en esa gamer.

El alcohol sólo aumentaba, Lisa había encontrado una conquista y se la pasaba con esa chica. Mientras Rosé sólo bebía shots como agua, tratando así de tal vez perder la timidez frente a Jisoo. Sólo esperaba ser correspondida en su misión. 

Alrededor de las tres de la madrugada, Rosé estaba completamente borracha y bailaba sola. En un momento sintió manos en su cintura y se giró para golpear al idiota que se atrevió a tocarla e interrumpir su diversión.

Abrió su boca, se había olvidado de ella por un segundo.

— ¿Es una nueva costumbre tuya?

— ¡Jichu! — rió alegre. — ¿Qué haces aquí?

— Uh, se supone que ya deberíamos volver a casa, es tarde. — de pronto recordó que sus manos no se habían movido de lugar, así que se sonrojó e intentó quitarlas de ahí.

— No, ven, baila conmigo. — en cambio, la mayor se acercó más. — Estoy muy sola aquí.

— No sé bailar. — Tal vez sí la luz no fuera casi nula, Rosé habría notado el sonrojo de sus mejillas. - ¿Dónde está Lisa?

— Oh. Me dijo que nos fuéramos juntas, ella va a casa antes de que se despierten.

Mina frunció el ceño. — Mierda, papá me matará sí se entera. 

— ¡No tiene que saberlo! — sí esto fuera un dibujo animado, un foco de luz aparecería sobre su cabeza. — Vamos nosotras y duerme conmigo en su cama, nadie sospechará que no eres ella porque tienen el mismo color de cabello.

Otra vez, Mina y su sonrojo. — R-Rosé... 

— ¡Vamos, vamos! — pegó saltitos y tomó una de las manos de su menor, saliendo casi corriendo y a tropezones de la fiesta.

El camino a casa no fue complicado, lo que era difícil fue mantener la concentración. Rosé era del tipo de borracha que habla mucho, por lo que no dejaba de parlotear y reírse sola. Según ella, hacía mucho calor así que quiso sacarse el vestido.

Por supuesto, Jisoo la detuvo en las varias veces que lo intentó.

Al llegar a la casa, todo estaba oscuro y silencioso. Sólo se oía la risita de bebé de Rosé por estar "haciendo travesuras". Sí tan sólo Jisoo supiera que no eran las mismas travesuras que ella creía que pensaba.

El cuarto de Lisa era espacioso, tenía su propio baño y el armario era gigante. Muchas veces Rosé dejaba su propia ropa ahí, así que cuando Jisoo la dejó sola comenzó a cambiarse.

Los minutos pasaban y Rosé estaba sola en la cama, su celular no tenía batería y era aburrido estar sola en la oscuridad. Sin saber cómo, empezó a lagrimear.

Jisoo apareció segundos después de su primer sollozo.

— ¿Por qué lloras?

Rosé se sobresaltó y comenzó a sonreír.

— ¡Pensé que me dejarías sola!

Jisoo soltó una risita. — Nunca, Rosé.

Se recostó a su lado, siendo incómoda la situación. Rosé seguía sentada y la poca luz de afuera le dejaba ver a su acompañante.

— Eres linda. — Rosé susurró.

— Eh, gracias. Tú también.

— ¿Crees que soy linda?

— Eres completamente hermosa, Roseanne.

Una sonrisa más, y ella comenzó a acostarse también. — Sí, ya sabía.

Jisoo contó el tiempo, siendo media hora después cuando se aseguró de que Rosé dormía. Su plan era irse de la habitación, ir a su propia cama, pero cuando intentó hacerlo el cuerpo de Rosé se acercó al suyo, pasando los brazos por ella y terminar por abrazarla.

Jisoo se quedó ahí, aceptando el acercamiento.