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VALENTINA.

Hace una semanas que noto a juliana un poco distraída, pensativa como fuera de este mundo, la verdad es que me inquieta verla así.

Se que le pasa algo, la noto nostálgica y la verdad es que ella no es de estar en ese plan, mi juls siempre está alegre, provocativa y seductora. 

Son cerca de las diez de la noche, me encuentro en la cocina, ya que fui por un poco de agua para tomar, Cuando de repente siento una presencia a mis espaldas permanezco de espalda porque con el simple hecho de sentir su fragancia sé perfectamente quién es mi JULS.

V: que haces juliana?—digo cuando la siento tomarme de la cintura.

J: dame una oportunidad, así te demuestro quien es juliana Valdez. —dice con firmeza.

En el momento en el que hablo me doy cuenta de que está borracha, así que me aproveche de su estado para dejarme llevar total mañana ni siquiera se va acordar. Me relajo en sus brazos, dios extrañe tanto su toque, sus manos en mi cuerpo.

Me gusta mucho la manera en que me me huele el cuello, los besos que me va dejando en el hombro, no puedo más y me doy vuelta para poder besar esos labios que me tienen loca desde hace quince años.

La tomó por la nuca para terminar con la distancia que nos separa, ella no duda en hundir su lengua en mi boca, la cual muerde ligeramente provocando un gemido de mi parte.

J: me recuerdas tanto a ella Carvajal. —dice dejándome una leve caricia en la mejilla.

Me quedo viendo su cara, lo que veo es una tristeza que no avía visto nunca, juls es una mujer que sabe ocultar sus sentimientos, pocas veces se le ve vulnerable.

V: a quien te recuerdo, juliana?—le pregunto sabiendo ya su respuesta.

J: al amor de mi vida, mi único amor, MI VAL. —dice con la mirada nublada en lágrimas. 

V: sabe yo también tuve un amor, al cual me entregué, sólo teníamos quince años pero nos amamos más que nada en el mundo. —le digo veo como se sorprende por mi confesión.

J: puedo saber como es el nombre de esa persona? —me pregunto con un poco de miedo.

V: JULS —le digo con mi frente pegada a la suya. no puedo mas y la beso de nuevo, para luego irme a mi habitación dejándola totalmente desconcertada.

Nunca debí de haberle dicho la verdad, no sé en qué estaba pensando, lo bueno es que por lo tomada que estaba no recordara nada de lo que pasó. 

Volver a ti // Juliantina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora