"Fui reencarnado en un bebe en otro mundo?..."
Dairis, un estudiante de preparatoria que en su día de cumpleaños lo paso solo, sereno al pasar por un pequeño mercadona y comprar su cena.
-"Donde estoy?"- Era lo único que podía preguntarme al no ente...
-"Gracias por ayudarme. Dai, mañana te lo recompensare"- Una compañera de clases, con risas nerviosas y juntando las manos en señal de gracias, solo se retiro entre risas y murmureos con sus demás compañeros.
Observando la escoba en mi mano, solo pude suspirar del trágico momento que me volvió a tocar, dejándome el aseo del salón, empece a barrer para salir rápidamente de esta preparatoria y retomar mi camino hacia mi pequeño departamento.
-"Ya esta anocheciendo... Y eso que me apure"- Notando como el sol ya se ocultaba, solo trate de acelerar el paso, sacando el celular de mi bolsillo al escuchar el tono de notificación -"Cumpleaños?"- Observando solo era la notificación de mi cumpleaños.
Sin darle menos importancia volví a guardar el celular, al final no es que me importara mi cumpleaños. Al llegar a mi departamento deje mi bolso en el piso y solo camine a sentarme en el borde de la cama desordenada -"Dieciocho años ya... Que rápido pasa el tiempo, debí disfrutar mejor mi juventud supongo..."-.
Cayendo de espaldas a la cama, quede mirando el techo por varios minutos en silencio tratando de ser nada, pensando en si tuve suerte en esta vida por todo lo que me ha pasado hasta el día de hoy, levantándome de la cama al escuchar el sonido de mi estomago rugiendo del hambre. Me decidí a salir hacia el pequeño mercadona que estaba a unos minutos de mi casa.
-"Ya hace cuanto que solo como ramen...Ya me haría falta algo mas casero"-Saliendo del mercadona con el ramen en la bolsa para preparar, un sonido y en si un escalofrió recorrió todo mi cuerpo, como si perdiera el razonamiento y el tacto por unos segundos, al abrir mis ojos mi mente no procesaba lo que veía al frente.
-"Un señor mayor? Acaso me esta cargando? Pero si peso 77kg..."- Tratando de soltar alguna palabra, por alguna razón que no entendía estas no salían, por un intento algo desesperado trate de mover mi cuerpo, el ver lo que se supondrían eran mis manos y brazos quede impactado y al instante entendí lo que sucedía.
...
Pasaron 6 años, y aun que sea difícil de creer, fui reencarnado a otro mundo, en estos años estuve al cuidado de un culto de las brujas, al nacer solo fui cuidado por mi madre por un año, después de esto no volví a ver a mi madre otra vez así que no desarrolle un vinculo que lo haría un hijo a una madre comúnmente. Este culto por lo poco que he escuchado es liderado por arzobispos cuyos mandamientos representan a cada líder de esta organización.
Y como han de imaginarse, este culto es de lo peor que he visto en toda mi vida, como humano el ver las acciones de este culto me daba repelús y asquiedad, al paso del tiempo me acostumbre, mas por sobrevivir que por otra cosa.
El culto en si parecían marionetas todos solo siguiendo ordenes, apenas y por milagro hablaban si su líder se lo pedía, en si, los seguidores solo tomaban acciones si se lo pedían aparte de hacer sus necesidad básicas si era necesario.
Mantenia con apenas ropa desgastada, se suponía que si crecía otros años mas y seguía bien las ordenes me bautizaban como seguidor del culto y podía portar la típica túnica purpura oscura que todos portaban.
Cuando tenia hambre tenia que ser yo el que fuera a por mi propia comida, aprendiendo a cazar eventualmente y teniendo una mejor condición física a cualquier niño de mi edad, pude desarrollar una mejor resistencia al calor y al frió, esto por situaciones donde al no tener experiencia quede en problemas durante días totalmente desolado.
...
-"El gran arzobispo llego"- Por muy raro que parezca, uno de los representantes de los seguidores que habitábamos estas ruinas abandonadas hablo, con firmeza en su voz, anunciaba la llegada de la gran arzobispo. Muy pocas veces he escuchado que hablen de la arzobispo que no fuera que toda palabra que dijera fuera seguida al pie de la letra y sea fielmente adorado.
Todos los seguidores se postraron formando un camino limpio, estando a lo lejos entre algunos otros niños moribundos, por inercia me postre por cualquier caso, si de por si esta gente mataba a cualquiera que hiciera algo fuera de lo mas mínimo normal, prefiero evitar tragedias innecesarias.
-"Una niña?"- Pense algo confundido tratando de entender lo que veían mis ojos, pasando por el camino lentamente y con una mirada engreída y sombría, la arzobispa de la lujuria apareció.
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Al estar levemente impresionado por la apariencia de la líder de esta parte del culto, exalte levemente mi cuerpo no pudiendo evitar levantar levemente mi cabeza y por consecuencia mirar fijamente a los ojos al arzobispo, maldiciéndome de mi mala suerte, la arzobispo noto este movimiento ya que todos los demás estaban estáticos, cruzando miradas por unos segundos, esta tenia una mirada fija y pesada, empezando a sudar del nerviosismo baje mi cabeza postrandola en el piso rápidamente.
Cerre los ojos esperando a que lo pasara por alto, cosa que no paso -"Por que tiemblas?"- Abriendo los ojos nuevamente, podía observar sus pies medio descalzos a pocos centímetros de mi, estaba en cuclillas frente a mi, tragando saliva eleve la cabeza pero fui azotado contra el piso al instante por su pie.
-"Dije. Por que tiemblas, por que no respondes a mi maldita pregunta?"- Con un tono mas autoritario y brusco, ella tenia una pequeña sonrisa, al parecer disfrutaba hacer esto -"Solo es miedo"- Trate de buscar las mejores palabras para esta situación, sin duda me podría matar sin ningún problema.
-"Miedo? Por que tienes miedo? Acaso estos estúpidos pueden tener miedo? Pense que solo seguían ordenes"- Haciendo mas fuerza en su pie, me lastimaba la cara contra el cemento del piso -"Solo que...El tener a una mujer tan hermosa frente mio hace que tiemble de emoción"- Al decir estas palabras la arzobispo de repente dejo de hacer fuerza.
-"Que raro, es la primera vez que alguien de ustedes dice algo fuera de lugar, y comparando a los demás niños parece que a ti te va bien..."- Llevando su mirada hacia uno del culto que aun seguía postrado en el piso -" Oye tu...Este niño nació acá?"- Recibiendo un asentimiento por parte del seguidor, la arzobispo volvió a poner una sonrisa en su rostro.
-"Que divertido..."- Quitando su pie, la arzobispo siguió su camino sin decir nada mas. Después de este suceso me retire apenas pudiera agradeciendo también a la suerte, tratándome la gran rasponada que me hizo en la mejilla debido al mal estado que estaba el cemento del suelo. Al pensar que era la arzobispo de la lujuria deduje que seguramente toda esa cosa del amor y gusto hacia ella podría funcionar, no sabiendo igualmente la respuesta por que al ver como se comporto al escuchar mis palabras no pareció por ser ese factor, solo agradecí mentalmente de que igualmente funcionara.
La llegada de la arzobispo era para ordenar al culto de atacar a una pequeña aldea de Onis que se encontraba a unas horas de este lugar, al parecer fui incluido en esta futura masacre, sin poder negarme solo trate de prepararme para ese día.