Ángeles y Demonios.

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Billy y Babe se conocieronn un día, hace cientos de años, cuando los demonios y los ángeles caminaban en la tierra, se mezclaban entre los humanos pero se evitaban entre sí.

Los demonios eran amantes del pecado y la lujuria, maldad pura que reinaba en las profundidades. Iban por la tierra seduciendo a los humanos, ensuciando sus almas hasta consumirlas por completo en la oscuridad para adueñarse de ellas después.

Billy era un demonio, de los más antiguos, tan antiguo que ni siquiera él lo recordaba. Temido y aterrador, su alma totalmente corrompida, su cuerpo no era más que una cascarón que albergaba perdición, sin corazón. Paseaba por el mundo sin rumbo, sembrando el caos, destruyendo todo a su paso. Muerte y dolor, agonía pura, con su rostro totalmente inexpresivo, sin sentimientos, sin corazón.

Simplemente existiendo.

Los ángeles eran luz, amor puro y desinteresado, signo de salvación. Nacidos de la esperanza y la desesperación de aquellas almas en agonía. Su existencia era tan vieja como las de su contraparte de la oscuridad.

Algunos aseguraban que eran incluso más antiguos que ellos, otros decían que habían nacido juntos, como hermanos y que, mientras uno había perseguido la luz, el otro había sido desechado a las profundidades debido a sus deseos oscuros y profanos.

Pero no había una forma de corroborarlo, solo los ángeles más viejos sabían  la verdad, pero la mayoría había desaparecido hace mucho tiempo, y los pocos que quedaban se negaban rotundamente a mencionar los hechos de aquella época oscura de la que estaba prohibido hablar.

Babe es joven, un ángel de luz, tan puro y ajeno de la inmundicia que reina en la tierra de los humanos, el favorito de los cielos, creciendo ajeno a los males, a salvo de cualquier infamia que pudiera enturbiar la bondad en su corazón.

Babe ama a los ángeles, ama los cielos, cada rincón de él, su amor es tan grande, su pureza es tanta que todos se sienten atraídos hacia él, los ángeles lo aman. Tan preciado, como un príncipe, como una joya que debe ser guardada para mantener su valor a salvo.

Pero Babe también ama a los humanos, siente curiosidad por ellos, por ese mundo que ha permanecido oculto para él desde el momento en que sus ojos se abrieron a la luz. Nunca ha visto uno de ellos en persona, nunca ha pisado la tierra humana, no tiene permitido hacerlo, aunque nadie se lo haya prohibido jamás, es como una regla tácita que no se puede romper, no importa cuantas veces haya pedido por ello.

Y él no es caprichoso, los ángeles no persiguen sus propios deseos, siempre son altruistas, y su altruismo es quizás el más grande de todos, pero a expresado sus deseos tantas veces que el ángel mayor, el que lo había tomado bajo su cuidado finalmente cede ante ellos. Bajo sus reglas y cuidados.

Entonces sucede, finalmente. Descendiente del cielo hacia las tierras desconocidas.

Su mirada vaga a su alrededor, el aire se siente cálido y un poco pesado, ligeramente contaminado, tan diferente a su hogar.

Los susurros llegan a sus oídos, apenas se oyen, como lamentos, plegarias silenciosas que disminuyen su volumen debido a la distancia en la que se encuentra.

No hay absolutamente nadie a su alrededor, ni un solo rastro de humanos a cientos de kilómetros. Debería haberlo sabido, esta era la forma en la que su padre cumplía su deseo y lo mantenía a salvo, alejándolo de aquello que realmente ansiaba conocer.

Aún así, su bondad no admite cualquier tipo de sentimientos negativos, siente la emoción en él, todo a su alrededor le parece tan nuevo, tan vivo, tan magnífico como siempre había imaginado y es como si su sentimientos se desbordaran, como un faro radiante de luz que se extiende totalmente atrayente. La vegetación misma cobra vida, el pasto a sus pies se ve más verde, casi parece brillar a la luz del sol, incluso pequeños animales se esconden a su alrededor, curiosos, atraídos por esa aura tan magnífica y pura.

Sus pasos lo llevan un poco más al centro de aquel enorme claro frente a él, el pasto se siente bando en sus pies descalzos y los capullos se abren para él, las flores se ven más vivas ante su cercanía, la brisa juega con sus dorados cabellos y arrancan una risa de él mientras corre extendiendo sus brazos.

Pero no es solo la naturaleza quien es atraída hacia él, hay algo más, algo oscuro y malvado, que no puede evitar sentirse atraído por la pureza y la luz de aquella alma que despierta una ansiedad desbordante dentro de él.

Sentimientos. Sentimientos que él no tiene.

Se acerca a una velocidad sobrehumana, peligroso, haciendo que los animales huyan de él, aterrorizados ante la maldad que desprende. Pero Babe es demasiado joven, distraído y extasiado en su entusiasmo para notar el cambio que se produce, no puede notar como el aire cambia, se vuelve pesado y un poco embriagador, dulzón y empalagoso, la brisa se detiene, como si el tiempo mismo lo hiciera, incluso las blancas flores parecen querer esconderse, sus pétalos se retraen hasta casi cerrarse, temerosas pero aún así, expectantes ante el encuentro inevitable de dos polos opuestos destinados a la colisión.

Dos pares de ojos que se encuentran en la distancia, unos azul cielo, tan claros, llenos de bondadosa ingenuidad, contrastan con aquellos ojos negros, duros y fríos como la noche mas oscura, llenos de promesas aberrantes, pecaminosos.

Se miran el uno al otro, uno vestido totalmente de blanco, y el otro, absolutamente de negro, igual que sus cabellos y sus ojos, igual que el aura que emana por todo su cuerpo, igual que las intenciones con las que comienza a acercarse.

Es hermoso, cada una de sus facciones, su mandíbula afilada, sus ojos oscuros casi escondidos detrás de aquellos cabellos azabaches que caen sobre su frente, la blanca piel de sus mejillas y esos labios que se ven tan rojos, tan llenos que parece irreal. Con aquellas alas, enormes, tanto que tocan el suelo detrás de él, tan negras que parecen brillar con la luz del sol.

Y Babe es un ángel, nacido en el cielo, hermoso igual que cada uno de los ángeles que existen, pero ninguno de ellos podría compararse con esta criatura delante de él. Todo aquello que había considerado hermoso, palidecía ante la belleza que se mostraba ante sus ojos.

Incluso aunque el peligro emana de él, Babe sigue observándolo, totalmente embelesado mientras la oscuridad se acerca cada vez más. Paso a paso, lentamente y sin apartar la mirada; las flores, el pasto, se marchitan y mueren a sus pies, como si su sola presencia se llevará consigo cada gota de vitalidad.

En ese momento, cuando solo unos metros los separan, el ángel extiende su mano... Y el demonio, el demonio se ve totalmente atraído hacia él, hacia su calidez y su luz, entonces extiende su mano en respuesta  y es ahí, cuando sus pieles se tocan, cuando la luz y la oscuridad se encuentran, cuando la maldad y la bondad colisionan entre sí, es ahí... cuándo comienza ésta historia.

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🌈Hello!!!

Aquí estamos una vez más 🫣

Esta será una historia corta inspirada en una canción que lleva el mismo nombre..

Probablemente solo sean 2 o 3 capitulos espero que les guste 🙌

Nos leemos en el próximo...

PD: Háganme saber que les pareció en los comentarios 🤗

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