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Apenas y podían separarse, las respiraciones entrecortadas y chasquidos fueron opacados por el viento que no dejaba de soplar, estaban inmersos en su propio paraíso, por fin habían llegado hasta ahí y no había vuelta atrás.

Tuvieron que separarse con pesar, después de todo el omega tenía que volver pues tenía clases temprano y Jungkook no estaba dispuesto a manchar el expediente de su omega por unos cuantos besuqueos acalorados.

—U-um... —Jimin trató de elaborar, sus mejillas sonrosadas y labios hinchados delatando lo que habían estado haciendo apenas unos segundos atrás, pero nada parecía salir de su garganta, estaba un poco perdido.

La risita que Jungkook dejó salir por la ternura que le causaba la repentina timidez del omega no hizo más que mandar un pinchazo electrizante por toda su columna.

—Creo que hemos estado aquí un buen rato. Lo digo porque estás hecho un desastre—reprimió una risa al ver la mueca de molestia por parte del omega—. Aunque no eres el único desastre que hay aquí, si me permites decirlo, siento que me voy a volver loco. Y todo es por ti.

Jimin sonrió, maravillado.

—Se supone que mañana tengo clases y justo ahora debería estar durmiendo, ni siquiera sé qué hora es—suspiró haciendo su cabello hacia atrás, alzó una ceja observando al mayor frente a él—. Eres una muy mala influencia como para ser delegado, ¿qué dirían los demás si se enteran que el pulcro y siempre recto Jeon Jungkook acaba de sonsacar al torpe y desastroso omega de artes, hm? —se cruzó de brazos divertido, los ojos del mayor se abrieron incrédulos— Tu reputación estaría muy manchada.

El alfa gruñó una vez captó el tono burlesco, escondió su cabeza en el cuello del omega.

—Eres un peligro, Park Jimin. —masculló sacándole una risita al menor que pronto se convirtió en gemido pues había mordido un lugar sensible, y vaya que el sonido fue de su agrado.

—P-para que es mucho por hoy—lo alejó con cuidado, parpadeó con parsimonia observando los ojos perezosos del mayor quien llevaba una ligera sonrisa. Ya le dolían las mejillas de tanto hacerlo, pero le era inevitable—, t-tenemos que ir lento... —aspiró el aroma del alfa inundando sus sistemas, su omega se regocijó en sus entrañas— Dijiste que me ibas a cortejar, así que tienes que ser paciente; además... Yo voy a seguir esperando esos regalos de cortejo, alfa.

Jungkook alzó las cejas separándose para palpar algo en sus bolsillos, los ojitos curiosos del omega siguieron sus movimientos. Jimin gruñó cuando una mano del alfa cubrió sus ojos, Jungkook rio enternecido.

—Sé que quizás es muy poco o no cumple con tus expectativas... P-pero de regreso pasé por un seven y me acordé que te gustaban los panditas enchilados así que t-te traje unos. —murmuró abochornado rascando su nuca, el viento chocaba contra sus sonrojadas mejillas y alborotaba su pelo, lo hacía ver demasiado bien a los ojos de Jimin.

El omega lo observó con cautela, sus ojos alternando entre Jungkook y el paquete de gomitas en sus manos, algo dentro de su pecho se sintió cálido, y verdaderamente le gustaba la sensación.

Sonrió abalanzándose al alfa quien lo tomó rápidamente de las caderas, Jimin acunó sus mejillas y dejó repetidos besos en todo su rostro, parando en sus labios donde no cesó de dar pequeños picos mientras murmuraba pequeños "gracias". La acción derritió a Jungkook, quien sin oponerse recibió cada una de las caricias con gusto dispersando feromonas de felicidad que eran arrastradas por el viento, impregnando al rubio con ellas.

—No sabes lo mucho que esto significa para mí—murmuró tembloroso aún sosteniendo las mejillas del mayor. Jungkook sonrió embobado, sus labios abultándose por la presión en sus mejillas, mas no se quejó—. Uy, perdón. —Jimin rio soltando las mejillas del más alto.

April Fools. 🫧 kookmin mini auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora