Las horas pasan

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Eran las 11:30 pm y mi primo Mau me mando un mensaje a mi móvil... Me invitaba a que fuera a una fiesta con el, yo tenia ganas de ir, a pesar de que había tenido un mal día, seguro esa fiesta me alegraría un poco, pero... ¿Cómo me escaparía?, mis padres ya estaban dormidos, pero mis hermanos no, no podía salir por la puerta principal porque mi hermana estaba en la sala, y haría mucho ruido al bajar las escaleras y si quería salir por la ventana del corredor tenia que pasar por el cuarto de mi hermano que siempre tenia la puerta abierta... ¿Qué hago?. Estaba divagando en mis tontas opciones de que hacer para irme, cuando en el profundo silenció de mi cuarto sonó mi celular... Era Mau diciéndome que estaba afuera de mi casa, no le puede contestar cuando recibí una llama de el y comenzamos a hablar:

-¿Roger? ¿Si vendrás?, ya hice mucho con venir a buscarte, no sabes quien nos está... Bueno, quien te está esperando allá...
- Jaja, ¿de quién hablas?
- Vamos, no te hagas pendejo, hablo de la chava nueva, la que llegó de Italia, a la que siempre andas viendo en la escuela, la prima de Fabio...
- ¿La de los Icardi? ¿Esperándome a mi?, no mames.
- Si, cabrón, me dijo Laura que desde que llego no le ha dejado de preguntar sobre ti, que le gustaste y mamadas así... Bueno, entonces, ¿vienes?
- ¿Sabes?, vale madres, ahorita bajo...

El escuchar decir a Mau que Renata Icardi me estaba esperando allá fue la sensación más grande que he sentido en toda mi vida. Renata era la chica más linda de toda la escuela, ella venía de Italia, y era la prima de uno de mis mejores amigos, Fabio, quien también era Italiano. Bueno, Renata tenia los ojos azules más hermosos del mundo, puedo asegurar que más azules que el agua, era un azul muy hermoso, tenia el cabello rubio, tan rubio que parecía de oro, una sonrisa tan perfecta que parecía mandada a hacer y unos rasgos muy finos, sin duda alguna era la chica más bonita de todo el mundo, y lo mejor de todo era que, a pesar de que era nueva y cosas así, ella trataba bien a cualquier persona que le hablara... Y claro que el escuchar decir eso a Mau no me hizo pensar dos veces en ir.

En mi cuarto había una ventana lo suficientemente grande para que yo pasara, o sea, yo no era un tipo obeso. Bueno, lo único malo de esa ventana era que estaba a unos 3 o 4 metros del suelo y podía dolerme un poco la caída, y la ventana del corredor tenia una escalera por donde bajar, pero esa era la que daba al directo al cuarto de mi hermano, lo único que podía hacer era revisar si mi hermano estaba dormido y bajar rápidamente por las escaleras.

"Esta bien", me dije a mi mismo, "Hagamos esto de una vez", me lo repetía una y otra vez... Abrí lentamente mi puerta par no hacer mucho ruido, y me dirigí hacia la ventana, pero... Antes de llegar a la ventana me quise asegurar de que mi hermana estuviese abajo, así que me asome un poco hacia abajo y puede escuchar su voz, ya estaba más tranquilo y más seguro de poder irme, abrí la ventana y ya estaba poniendo un pie afuera cuando de la nada empiezo a escuchar ruido que venían de abajo, me quede inmóvil por unos 5 minutos, hasta que vi una sombre en las escaleras... Tan rápido como pude, cerré la ventana y bajé. Justo cuando sentí el suelo, creía que todo lo difícil ya había pasado y que iba a poder hablar y estar con Renata, pero había algo que había olvidado... Mi celular y mi cartera, yo nunca salía sin mi teléfono, y mucho menos sin mi cartera. Le dije a Mau, que debía regresar por mis cosas, pero el se molestó, y si se molestaba ya no íbamos a ir a ningún lado... Así que tuve que dejar mis cosas en mi cama, para ser exactos, sólo serán un par de hora que estaremos allá, no será mucho...

- Las primeras horas igual cuentan, Roger, ya debemos irnos, no podemos esperar mucho...
- Es cierto, no estaremos mucho tiempo allá, ¿cierto?
- Si, Roger...

Ojalá y hubiera sido así...

La noche más largaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora