Prólogo

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Ugh, ¿qué pasa con todos estos países tercermundistas? Siempre pidiendo ayuda, siempre necesitando algo. No pueden hacer nada por sí mismos, es patético.

Me miran con envidia, me ven como el gran USA, el país más poderoso del mundo. Y tienen razón, soy el mejor. Tengo la economía más fuerte, el ejército más poderoso, la cultura más influyente.

Pero a veces, cuando estoy solo en mi habitación, rodeado de mis trofeos y mis logros, me siento... vacío. No tengo a nadie con quien compartir todo esto. Mis relaciones son superficiales, basadas en el poder y el interés.

Y entonces, un día, conocí a Perú. Un pequeño país tercermundista, con una sonrisa tan amplia y un corazón tan puro. Me vio de una manera que nadie había visto antes, me vio más allá de mi ego y mi poder.

Al principio, no le di importancia, pensé que era solo otro país que quería algo de mí. Pero entonces empecé a conocerlo, a hablar con él, a escuchar su historia. Y me di cuenta de que era diferente, era auténtico.

Por primera vez en mi vida, me sentí conectado con alguien. Me sentí visto, me sentí entendido. Y me di cuenta de que el amor no tiene fronteras, no tiene colores, no tiene economías.

Perú me enseñó que el verdadero poder no viene del dinero o del ejército, sino del corazón. Y me enseñó que el amor es el mayor poder de todos.














☆Solo una vez mas☆

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