El que iba a mediar el encuentro no era nada más y nada menos que el Conde, el chupabolas ese. Maduro se puso en posición de pelea, dando golpes al aire como si fuera bruto. Esa vaina era un beta serio. Elon sonrió ante la demostración, poniéndose en posición también. La gente comenzó a animar, varios transmitiendo la pelea en Internet. Era un evento que latinos, gringos y europeos veían emocionados. Los venezolanos, en especial.
—¡Vamos, pues!
Maduro se lanzó.
Agarró a Elon del hombro y dirigió el puño a su cara.
Pero Elon le dio sendo coñazo que lo hizo caer.
—Elon Musk ha dado el primer golpe. —dijo el Conde del Guácharo, serio.
Ya no sonreía el títere ese.
—¡Chamo, párate! —exigió Jorge Rodríguez desde el audífono.
—Que chimba esa vaina. —se burló Diosdado.
Maduro se puso de pie.
—Parece que no eres bueno en esto. —Se burló Elon.
Maduro se dirigió hacia Elon con un movimiento torpe y descoordinado, intentando conectar un golpe que fue esquivado con facilidad por el empresario visionario. Continuó su asalto, lanzando una serie de golpes erráticos mientras balbuceaba un intento de insulto.
—¡Te voy a dejar en el piso como un bíllete de quinientos bolos!
—¿Qué vaina es esa, chico? —Elon contestó.
—¿No que muy yankee tú, cómplice de Donald Trump? —Maduro comenzó a molestarse— ¡Vean a este, cómplice del estado argentino, enviado por Milei para desestabilizar la economía-! —Le dijo al público.
—Verga, pues yo tenía una ex gocha y aprendí el idioma...
—Pues seguro te dejó. —Maduro se metió con él.
En un movimiento rápido y preciso, Musk logró desarmar a Maduro y lo hizo caer al suelo con dureza. La gente estalló en una ovación mientras Maduro intentó liberarse, sin poder lograrlo. Le dio golpes repetidos al suelo mientras Elon lo ahorcaba.
—¡Coño de la madre, nojoda! ¡Pedazo de marico! —Diosdado se arrechó desde el audífono. —¡Sácate esa verga!
—¿Te acuerdas lo que te dije? —Elon se acercó a él, en voz baja. Maduro se estremeció cuando su aliento chocó contra su oreja, y se puso nervioso—. Si te gano, dejas la presidencia.
—Uno —Contó el Conde del Guácharo lentamente, casi como si no quisiera que eso ocurriera—, dos, tres...
—Pues te quedarás esperando, chico.
Maduro le dio un cabezazo.
Elon no cayó, pero si se echó para atrás.
El dictador de Venezuela se lanzó pensando en las palabras con las que Chávez siempre se metía con él, agarrando aire. Pero en un movimiento, Elon le metió el pie y se cayó para el piso. Después lo sostuvo de una pierna y lo lanzó al otro lado, mientras las personas en las gradas enloquecían. Luego, se sentó a horjacadas sobre él y comenzó a darle puñetazos en la cara, Maduro defendiéndose a duras penas.
—¿Dejarás la presidencia? —Elon lo sostuvo del cuello de su ropa, acercándolo a él. Ambos sudaban profusamente.
Maduro decidió echarle bolas a la pelea, no podía perder.
Pero cuando observó los ojos de Elon, su mirada se desvió por el resto de su cara hasta llegar a sus labios.
—Sigue soñando —Maduro desafió, sonriendo—, más bien te vienes conmigo a marte.
Mierda, sendo chinazo.
Se sentía raro.
Elon siguió con una buena parranda de coñazos. Sintió que la sangre le salía de la cara mientras su vista se volvía borrosa.
—Vamos a ser la burla de los gringos...—maldijo Diosdado.
Cuando Maduro se desmayó, soñó con Chávez.
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Dictadura en el Ring [Nicolás Maduro x Elon Musk]
Любовные романыNicolás Maduro está perdiendo control sobre Venezuela. Nadie le cree el fraude electoral, Diosdado no lo deja abandonar el poder y sus aliados le dan la espalda. Para colmo, Elon Musk no deja de molestarlo en Twitter, así que se cansó. Maduro lo de...