Al día siguiente Stanford se levantó con una enorme energía que no había sentido en mucho tiempo, se vistió y salió de la cabaña para ir a comer algo a una cafetería local, qué no tardó mucho ya que no se encontraba muy lejos. Cuando entró, las personas lo miraban con mucha curiosidad ya que en el tiempo que había pasado en el pueblo lo conocían como alguien no muy sociable.
–Buenos días caballero, ¿qué le puedo ofrecer? —preguntó una señora jóven de cabello castaño.
–¿Mmm? Ah solo un café y una rebanada de pastel por favor —dijo de manera desinteresada.
–Muy bien, enseguida se lo traigo —le sonrió y volvió a la cocina.
Stanford se quedó pensando un buen rato y por unos segundos empezó a visualizar la imagen borrosa de Bill por algunos lados de la cafetería, no sabía si era algo que estaba pasando en realidad o solo era su mente jugándole una broma.
–Fordsy no puedo esperar a hablar contigo otra vez... —se escuchó una voz con un poco de eco.
–¿Eh? ¿Bill eres tu?
Se quitó los lentes para limpiarlos y cuando volvió a ponérselos solo vio a la mesera, que ya tenía su orden lista.
–¿Esta todo bien caballero? —sonrió un poco y dejó las cosas en su mesa.
–Ammm... ¡Si! Todo bien, gracias... —evitó hacer contacto visual.
La castaña solamente asintió con la cabeza y se retiró. Ford le dio un sorbo a su café y cuando miró las otras mesas vio como las personas lo seguían mirando, pero de una forma algo extraña y de alguna manera eso hizo que le diera un fuerte dolor de cabeza.
–Carajo... No puedo más con esto..
Su incomodidad llegó a un nivel más alto y no sabía porque había pasado eso ya que aunque él fuera alguien reservado le daba igual que hubiera gente a su alrededor, mientras no le sacaran plática o algo similar. Decidió irse de ahí dejando el dinero de la cuenta en la mesa y caminó de regreso a su cabaña.
–Pfff, al fin en casa... —cerró la puerta con llave y se quitó la chaqueta— Creo que hablar con él nuevamente no me vendría nada mal.
Se sentó en la orilla de su cama y sacó su diario para hacer unas anotaciones, hasta que escuchó una voz muy familiar cerca de él.
–¿Pero que ve mi ojo? ¿Acaso mi musa quiere volver a hablar conmigo cuando solo ha pasado 1 día? Awww que adorable.
–¿Pero qué..? Bill ¿estas ahí? —buscó al ser triangular por la habitación.
–¡Sorpresa! —apareció de repente frente a él.
–¡Ay mierda! ¡Me asustaste! —se hizo para atrás por el susto.
–Hola cerebrito —rió un poco y se acercó más a Ford.
–¿Bill? Pero... ¿c-cómo es que estas aquí? Pensé que solo podías aparecer a través de mis sueños o de alguna forma por telepatía —se alejó un poco al ver que estaba flotando frente a él.
–Tengo mis truquitos, como tal aun no puedo estar de manera física aquí, todo es parte de tu mente Fordsy, y el lado bueno es que solo tu me podrás ver y yo a ti, ¿no es increíble? —empezó a husmear sus investigaciones y sus libros que tenía en su escritorio.
–Sinceramente es algo que no me esperaba pero no me puedo quejar por eso en absoluto —se acomodó los lentes y lo siguió hasta donde estaba.
El castaño se sentía confundido, pero con varios sentimientos encontrados, era increíble que su nueva musa pudiera ahora rondar por su cabaña y hablar de manera más directa con él. Notó como revisaba sus investigaciones y lo intrigado que se sentía por estas.
ESTÁS LEYENDO
Obsession [BillFord]
RomanceAmbos son tan diferentes y a la vez tan iguales, uno trata de olvidar todo y niega sus sentimientos, el otro a llegado a una obsesión y locura para volver a conseguir su amor. "𝓨𝓸𝓾'𝓻𝓮 𝓶𝔂 𝓹𝓻𝓸𝓹𝓮𝓻𝓽𝔂, 𝓭𝓸𝓷'𝓽 𝓯𝓸𝓻𝓰𝓮𝓽 𝓲𝓽" ᗣᑯʋᥱɾt...