El Nudo. (Vanica)

Capitulo 5.

"¿Quién hubiera pensado que esto funcionaría tan bien?"

"Yo", bromeó Vanesa. "Obviamente lo hice".

Monica se rió entre dientes. "Eso fue muy divertido", admitió.

"¿Incluso sin guión?"

"Sí, trabajamos bien juntas", dijo Monica. "Quiero decir, sabía que lo hacíamos, pero siempre pensé: no sé, pensé que nuestra relación era buena, pero el guión influía en eso".

"No se puede fingir química", Vanesa se encogió de hombros.

Química.

¿Es eso lo que tenían?

"¿Qué pensaste realmente de las cervezas?" Preguntó Monica, sentándose en un taburete mientras continuaba comiendo su pasta.

"Ya te lo dije, no es lo peor que me he metido en la boca". Vanesa se encogió de hombros  "Está bien, es una cerveza barata y no estoy en contra de beber cerveza barata de vez en cuando. A veces es divertido".

Monica sonrió. "Me recuerda a cuando era joven y tonta. No tuve mucho tiempo para ser joven y tonta".

"¿Por qué no?" Vanesa preguntó con sinceridad.

Monica arrugó la nariz, como si estuviera decidiendo si debía compartir o no. "Nací en Elche, las opciones de crecimiento eran pocas, tuve que venir muy joven a Madrid para poder dedicarme a la comunicación, que es lo que de verdad me apasionaba." Dijo, esperando poder dejar las cosas así.

"¿Y ahora?"

"Y ahora", se encogió de hombros. "No lo sé, es decir, sigue siendo mi pasión, mi sueño es poder dedicarme a esto, pero la realidad es otra y debo trabajar en algo completamente distinto, la vida corporativa no es lo mío"

"Es muy difícil", afirmó Vanesa con confianza. "Obviamente me alegro de que lo hayas hecho, y confío en que pronto vas a poder dedicarte solo a esto, tienes una forma de comunicar tan especial".

"¿Tú también pasaste eso?" Preguntó Monica, sorprendida de escuchar eso.

"Si, nací en Málaga, estudié Magisterio, aunque sabia que mi verdadera pasión era la música, por algo vine a Madrid, empecé en bares muy pequeñitos hasta que pude dedicarle todo mi tiempo, llené teatros en muchos países... pero nada es eterno", se encogió de hombros.

Monica frunció el ceño. "¿Por qué dejaste de cantar? Tengo entendido que te iba muy bien"

"Mi abuela siempre fue mi mayor fan, cantaba por y para ella... Cuando se fue, simplemente perdí la motivación, empezaron a pesarme los días fuera de casa, las giras eternas, las canciones dejaron de tener sentido y siempre era buscar oyentes nuevos... En fin, la pasión paso a ser obligación. Decidí volver a mi raíz, reencontrarme conmigo para poder continuar." Dijo jugando con el vaso que tenía, intentando que las lágrimas que tenía en sus ojos no se noten, antes de continuar. "Estuve un año en Málaga cuando me llamaron del programa y acepté enseguida, me pareció una idea maravillosa la de la cocina, no sé mucho, la verdad, pero era una manera de poder honrar y recordar a mi abuela".

"Bueno, felicidades por eso, supongo", dijo levantando su vaso, sonriendo mientras Vanesa chocaba su vaso contra el suyo antes de tomar un trago.

Terminó su cerveza y se quedó de pie con su tazón ahora vacío, inmediatamente se acercó al fregadero para lavar ambos y agarró los platos de Vanesa cuando terminó. "Me divertí mucho", dijo Monica en voz baja, como si fuera una confesión que le preocupaba que alguien más pudiera escuchar.

"Yo también", sonrió Vanesa. "En realidad eres bastante genial cuando no intentas hacerme quedar mal".

Monica inclinó la cabeza mientras se giraba para mirar a Vanesa, colocando el último plato en la rejilla para secar. "Sabes que nunca intenté hacerte quedar mal, ¿verdad?"