Ecos de un Valor Perdido

15 0 0
                                    

Durante ese tiempo, me volví bastante cercano con Himiko. Aunque éramos diferentes en muchos aspectos, había algo en ella que me atraía. Quizás era su pasión por lo que le gustaba, o la forma en que me hacía sentir menos solo en un mundo que muchas veces parecía ignorarme.

Himiko era una chica única. Le gustaba el black metal, un género que yo apenas conocía antes de conocerla. Su sueño era convertirse en una escritora de películas de terror, algo que me fascinaba. Gracias a ella, empecé a interesarme en las películas de terror y ciencia ficción, géneros que antes apenas tocaba. Recuerdo cómo solíamos hablar de nuestras películas favoritas durante los recesos, y cómo ella solía abrazarme, especialmente en esos días en los que me sentía más deprimido. Sus abrazos eran cálidos y reconfortantes, y por un momento, me hacían olvidar el dolor del bullying.

Josuke deja de escribir suspira, una mezcla de nostalgia y tristeza en su expresión mientras recuerda esos momentos, antes de volver a redactar.

Ella solía abrazarme bastante, algo que siempre me hacía sentir un poco menos solo en este mundo. Himiko me motivó a intentar cosas nuevas, a ver la vida desde diferentes perspectivas. Me hizo darme cuenta de que, aunque el mundo puede ser un lugar oscuro, siempre hay una chispa de luz si sabes dónde buscarla.

Recuerdo que había recibido algo de dinero por mi cumpleaños, y no sabía exactamente en qué gastarlo. Ya tenía completa la colección de mi manga favorito, Gantz, así que no necesitaba más tomos. Un día, mientras paseaba por una tienda, encontré algo que capturó mi atención: un piano de gato. Era un juguete, lo sé, pero algo en él me llamó la atención. Decidí comprarlo, pensando que podría ser una forma de distraerme cuando no estuviera tocando la guitarra,leyendo mis mangas o jugando algun videojuego.

Tenía 12 años en ese momento. Un día, Himiko vino de visita, como solía hacer de vez en cuando. Al ver el piano de gato, se acercó con curiosidad y, después de tocar algunas teclas, me dijo: "Jojo" (era el apodo cariñoso que me había puesto) "deberías aprender a tocar el teclado. Eres bueno con la guitarra, serías un buen tecladista también."

decidí seguir el consejo de Himiko y comencé a aprender a tocar el teclado. Compré un teclado Yamaha PSS-F30 de segunda mano y un libro sobre cómo tocar el teclado, fue una verdadera odisea. Al principio, cada nota que intentaba tocar parecía un desafío insuperable. No era como tocar la guitarra o cantar. Las teclas del teclado eran diferentes, y el ritmo y la coordinación requerían una habilidad completamente nueva. Me frustraba mucho al principio, pero seguí adelante, impulsado por el deseo de mejorar y por el consejo de Himiko.

Josuke se detiene un momento, sintiendo una mezcla de vergüenza y nostalgia.

Yo de imbecil olvidé mencionar que aprendí a cantar a los 8 años. En realidad, me enseñé a mí mismo, ya que en esa época no había nadie que pudiera ayudarme. Me gustaba cantar las canciones que tocaba con mi guitarra, y con el tiempo, fui mejorando. Pero ahora, con el teclado, me sentía perdido nuevamente. Era un proceso lento y a menudo doloroso, pero cada pequeña victoria me daba un motivo para seguir intentándolo.

No quiero sonar como si me estuviera dando demasiada importancia. En realidad, me siento bastante avergonzado al mencionar estas habilidades. No quiero que nadie piense que me creo especial o cool por saber tocar varios instrumentos. Esto lo hago en secreto, y cada logro, por pequeño que sea, es un consuelo en medio de una vida que ha sido una lucha constante para mí.

La música ha sido mi refugio, un lugar donde puedo encontrar paz, aunque a veces ni siquiera yo mismo pueda entender del todo lo que hago. Es difícil para mí compartir estos aspectos de mi vida porque, en el fondo, no quiero que la gente vea mis habilidades como una forma de destacar, sino simplemente como una manera de sobrellevar mis propios demonios.

Cada vez que pienso en cómo todo esto comenzó, me doy cuenta de que Himiko fue una parte fundamental en este viaje. Ella me dio el empujón necesario para empezar, y por eso siempre le estaré agradecido. A pesar de que nuestras vidas tomaron caminos diferentes, su influencia ha sido una luz en mi oscuridad.

Sigo escribiendo en este diario, tratando de entenderme a mí mismo y de encontrar consuelo en mis propias palabras. No sé qué pasará si alguien llega a descubrirlo, pero por ahora, esto es lo único que tengo para seguir adelante.

Mientras Josuke continuaba escribiendo, su mirada se enfocó en un aspecto más reciente de su vida, uno que estuvo profundamente influenciado por Himiko.

En los últimos meses de mi tiempo con Himiko, ella me animó a crear un canal de YouTube. La idea surgió cuando me mencionó que debería compartir mi música con el mundo. Al principio, era escéptico. Solo usaba YouTube para escuchar música, ver videos y comentar en algunos de ellos. Pero Himiko, con su entusiasmo contagioso, insistió en que subiera videos tocando mis instrumentos.

Me resistí al principio. No estaba seguro de si estaba listo para compartir mi música con otros, especialmente con la forma en que me sentía en ese momento. Pero Himiko era persistente, y su apoyo inquebrantable me hizo reconsiderar. Así que decidí darle una oportunidad.

Creé un canal llamado "JosuTheHead". Al principio, solo lo usaba para escuchar música y ver videos de otros músicos. Sin embargo, después de las insistencias de Himiko, me armé de valor y subí mi primer video. Recuerdo que era un simple cover de guitarra de la canción "The Trooper" de Iron Maiden. Grabé solo el audio, sin video, porque no me sentía cómodo frente a la cámara.

El proceso de grabar y subir el video fue una mezcla de nervios y emoción. No sabía qué esperar, pero me sentía bien por finalmente dar ese paso. Aunque el video no tuvo una gran cantidad de visitas ni comentarios, para mí, fue un pequeño triunfo personal. Fue como si, de alguna manera, estuviera comenzando a abrirme a la posibilidad de ser escuchado.

El canal, en sus inicios, fue un espacio para compartir mi música y recibir retroalimentación. Aunque los resultados fueron modestos, el hecho de que Himiko me motivara a dar ese primer paso fue algo que nunca olvidaré. A pesar de que nuestras vidas tomaron diferentes rumbos, ella dejó una huella duradera en mí. Su influencia aún se siente cada vez que toco mi guitarra o grabo un nuevo video.

Ahora, al mirar hacia atrás, me doy cuenta de cuánto me ayudó en ese momento de mi vida. A veces, pienso en cómo ella estaría orgullosa de ver cómo he crecido y cómo he seguido adelante con mi música. Aunque mi camino no siempre ha sido fácil, el apoyo de Himiko me dio la confianza para seguir persiguiendo mis sueños.

Nota final:

Durante ese tiempo, dejé el baloncesto. Aunque solía jugar solo, ya no me unía a los partidos con mis compañeros de secundaria. La falta de motivación me hizo perder el interés en el deporte, y mi enfoque se volvió completamente hacia la música. Las horas que antes dedicaba a la cancha ahora las pasaba en mi habitación, tocando mi guitarra y teclado.

Es tarde ahora y tengo que descansar. Mañana tengo cosas que hacer, y necesito estar preparado. Agradezco a este diario por permitirme sacar todo lo que llevo dentro. 

Buenas noches.

Josuke Miyamoto

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 21 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Wasted Years: El diario de josukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora