A veces simplemente no encuentro las palabras para describir las sensaciones que tengo. Es por eso que muchas veces prefiero comparar mis sentimientos con escenarios que no terminan de asemejarse.
Conocí a alguien hace un par de años. Una persona con un corazón dulce y una mente enigmática.
¿Cómo una chica tan amable puede estar tan perturbada al mismo tiempo?
Ver sus publicaciones es como leer una novela cuyo trágico final puedes predecir.
No puedo interferir de ninguna manera. No hay consejo ni consuelo que me ayude a ayudarla.
La impotencia me consume al tener que observar en silencio como la salud mental de mi amiga va en decadencia.
Y es que, a través de una pantalla, lo único que puedo aportar a su persona es un simple: "estoy acá para vos, para escucharte durante el tiempo y a la hora que necesites".
Pero no es suficiente, eso no cura sus heridas ni sana su corazón agrietado y... "defectuoso" en palabras de ella.
Ya son dos años y diez meses desde nuestra primera conversación. En ese tiempo todo parecía bien, yo le contaba mis problemas, ella los suyos, reíamos y no más. Sin embargo, desde hace ya un tiempo no es así.
No hablamos seguido. No me lo tomo personal, sé de sobra que está encerrada en sí misma, privándose de cualquier tipo de contacto con sus amistades.
Fotos de alcohol, cigarros, lágrimas y heridas.
Y sigo sin poder hacer nada más que observar.
Observar como su vida se arruina lenta y tortuosamente.
A veces me pregunto... si yo no fuera solo una amiga de internet, ¿realmente podría ayudarla? ¿Podría apoyarla y hacerla sentir cómoda?
Si las circunstancias económicas y nuestra edad nos lo permitiera. Si tuviera la posibilidad de conocerla en persona, tal vez...
¿Podría hacer que se olvide por cinco minutos de sus problemas?
No estoy segura de si soy demasiado empática, o si esta situación realmente no debería estar en mis manos. Lágrimas caen por mis mejillas mientras pienso en posibles soluciones.
Una vez más, no llego a nada. Ya no me sorprende, pero sigue doliendo como la primera vez.
Rápidamente me esfuerzo por borrar el pensamiento que se apodera de mi mente de que "lo mejor sería alejarme, porque las personas rotas no pueden estar juntas". Principalmente porque sé que es verdad.
Pero no puedo alejarme, ya es muy tarde para eso. Generé hacia ella un estilo de dependencia que no me permite no saber nada sobre su vida.
Tengo la constante necesidad de confirmar que sigue comiendo bien, que se siente bien.
Que está viva.
No puedo alejarme de ella. Y aunque pudiera, no quiero. Sé que me hace mal, sé que me lastima.
Lo sé. Y duele.
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453 palabras.
Domingo 04/08/2024, 21:00
Buenas noches.
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Espectador
Short Story¿Debería ocuparme en tareas, ordenar mi habitación o en terminar mis historias pendientes? Probablemente. "Espectador" es un desahogo con poca producción y mucha inspiración. Lo pensé hoy, dibujé la portada hoy, lo escribí hoy y ni siquiera me inter...