Diciembre -OneShot NaruHina-

-Diciembre-

𝑫𝒊𝒄𝒊𝒆𝒎𝒃𝒓𝒆 - [Oɴᴇ-Sʜᴏᴛ NᴀʀᴜHɪɴᴀ AU]

. Toneri .

Fue un 13 de abril cuando la conocí, ella llevaba un vestido sencillo pero su porte era muy elegante, solo cruzamos un par de palabras y luego se fue... se veía tan tímida al hablarme y eso en cierta forma me gustó.

– Su nombre es Hinata.

Dijeron a espaldas de mí, no supe en qué momento me había quedado ido, al verla perderse tras las calles desérticas de aquel lugar.

– Te gustó, ¿Cierto Toneri-kun?

Su voz burlona no podía pertenecer a otra más que no fuera a Shion, una de mis mejores amigas. Yo solo sonreí, era cierto. Aquella chica me había gustado y quería conocer más de ella.

Shion como buena amiga, nos presentó al día siguiente y después de un par de días le pedí que fuese mi novia, a lo cual ella aceptó... y después de un año de relación, le pedí que se casara conmigo.

Esos primeros años de matrimonio fueron los más hermosos y excitantes de mi vida, sin embargo con el paso del tiempo las cosas empezaron a cambiar, todo empezaba a ser monótono y eso en cierta forma empezaba a cansarme.

– No sé qué hacer.

Dije al llevarme un trago de alcohol a mi boca, Shion me escuchaba atentamente y yo solo buscaba alguna solución a mi matrimonio que poco a poco estaba fracasando.

– Siento escuchar eso. – Dijo Shion, sintiéndose responsable de mi fracaso. – Sólo puedo hacer algo por ti. – Dijo tomándome de la cara, para después empezar a besarme.

Eso me había tomado de sorpresa, nunca me esperé que mi mejor amiga me estuviese besando y yo, perdido entre la necesidad y el deseo le fui correspondiendo.

Jadeando llegamos a un Hotel, nos estábamos comiendo mutuamente, yo la pegaba hacia la pared mientras le daba estocadas con mi miembro erguido. Ella gemía como una puta entre mis brazos y tan rápido como el deseo nos llevó, nos despojamos de todo lo que nos estorbaba.

Entré y salí de ella, taladrando por completo su interior, mientras ella me abrazaba y restregaba su cuerpo desnudo contra el mío pidiendo cada vez más. Gimiendo alocadamente mientras me daba una mirada cargada de deseo.

La besé, nuestras lenguas danzaron eróticamente mientras yo seguía penetrándola cada vez más fuerte, más rápido, jadeando con cada estocada que le daba.

– ¡Si, más! ¡Más! ¡Dame más!

Gritaba arqueándose, dejando su cuerpo a mi merced. Devoré uno de sus pechos, mientras pellizcaba el otro, ella se dejaba vaciar mientras rasguñaba mi espalda. Su interior palpitaba, me absorbía y yo buscando terminar fui dando estocadas más profundas hasta que por fin me dejé vaciar en ella.

Cansado me tiré a un lado mientras ella me abrazaba. Había sido una locura, pero había terminado de follar con mi confidente.

– Lo siento por Hinata. – Dijo de repente mientras daba círculos sobre mi pecho con su dedo índice. – Pero esto me ha gustado. – Dijo tomándome del miembro.

Yo no respondí, le acababa de ser infiel a Hinata con su mejor amiga y eso en cierta manera, me hizo sentir como un imbécil. Hinata no se merecía eso y yo había faltado a uno de nuestros votos.

Ese día no llegué a casa, y los encuentros con Shion cada vez fueron más y más frecuentes. Ya no podía evitarlo, lo prohibido me empezaba a gustar.

– ¿Cuándo dejaras a Hinata?

Me había dicho Shion en uno de nuestros encuentros, yo no respondí... yo tampoco sabía cuándo la dejaría, si de algo estaba seguro es que aún la seguía amando y no quería perderla.