A Orillas del Nilo (Horus x t/n)

CAPITULO I (IDEAL)

Narra la narradora:

La querida hija del sacerdote se encontraba corriendo por uno de los pasillos del palacio, dónde había sido criada, puesto que cuando su madre desapareció su padre pensó que el mejor lugar para darle una educación decente sería donde nada le faltaría en cuanto a comodidades se refiera, aunque no contara con la presencia de su padre.

Cuando la niña estaba a punto de llegar al jardín escuchó pasos atrás de ella, se detuvo y cuando volteó a ver hacia atrás sintió como una mano la tomó de forma brusca de la muñeca, aunque no la lastimó en ningún momento.

???: - ¡____! ¡Te estuve buscando! Vas tarde a tus lecciones de danza-

____: - ¡Quería ir a jugar Maya! –

Maya: -Pero sabes que tienes que ir a tus clases, es importante si te quieres convertir en una gran sacerdotisa-

____: -Pero yo no quiero ser una...-

En ese instante la joven le tapó la boca de inmediato a la niña puesto que lo que estaba a punto de decir pudo ser considerado como una blasfemia para los dioses, en especial porque ella era hija de un sumo sacerdote.

Maya: -No puedes terminar esa oración-

____: - ¿Por qué no?

Maya: -Porque a los dioses no les gustará, a parte, no sabes si eso es verdad-

____: -Pero a mi me parece...-

Maya: - ¿Ya lo pensaste? Las sacerdotisas si practican mucho y asisten a todas sus clases pueden comunicarse con los dioses ¿No quisieras tener a un dios como mejor amigo? –

Los ojos de la niña se abrieron de la sorpresa, puesto que no lo había pensado de esa forma, de inmediato salió corriendo a ir a su clase.

Al llegar al salón la esperaban las demás chicas, por primera vez entró de forma alegre, a las demás poco les importó, porque, aunque ella fuera la hija del sumo sacerdote las otras chicas la veían con desprecio puesto que ella era la más joven de todas, no tenía ni siete años y el resto eran chicas de unos trece años a los quince, por ende, no solían respetarla, otra razón por la que la niña no era muy aficionada de tomar sus lecciones.

A partir de ese día decidió que ella nunca volvería a entrar tarde a sus clases y le pondría muchas ganas, al parecer, el "argumento" que dio su niñera se lo tomó muy en serio, ya que desde ese momento se volvió la primera en llegar a clases y le ponía mucho esfuerzo, tanto así que los maestros, se impresionaron por tanta dedicación de una menor, cosa que claramente despertó la envidia de sus compañeras.

Karoma: -Es solo una niña... una niña estúpida-

Deyanira: -De seguro está aquí sólo porque su padre lo ordenó-

Y así, comentario tras comentario fueron dichos por las jovencitas, y oídos por la pequeña ____, quien solo decía "¡No es cierto!" Mientras se aferraba a una de las chicas la cuál sólo la pateó para alejarla de ella lo más posible con cierto asco incluso, al hacerlo la primera vez se sintió, finalmente, mucho más sobresaliente que ella, así que lo repitió, una y otra vez, luego las demás repitieron la acción, hasta dejar moribunda a la pequeña en el piso del lugar donde ellas danzaban.

Posiblemente la niña se haya sentido abandonada, porque, entre tantos comentarios que le habían dicho hubo uno que ella escuchó y que jamás olvidaría "¿Cómo alguien te podría querer si ni tu propia madre lo hizo?" Era cierto, después de que ella naciera su madre la abandonó, nadie nunca supo por qué, se realizaron búsquedas, pero nunca apareció, mientras tantos recuerdos de su soledad recorrían su cabeza a la misma velocidad en la que sus lágrimas y su sangre iban cayendo al suelo recordó lo que la niñera le había dicho "¿No te gustaría tener a un dios como tu mejor amigo?" quizás como un impulso infantil o de supervivencia, empezó a orarle a los dioses en su mente "Amados dioses, yo he sido una niña buena, he hecho todas mis tareas, memoricé cada danza que hicimos, llegué temprano a mis clases, no me abandonen ahora, los amigos... no te dejan solos nunca ¿Verdad?" Al terminar su súplica cerró sus ojos, no sabía qué esperaba, pero sabía que algo pasaría ¿O no?