Capitulo 4

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 «Angel.»

 LISA 

Abrí los ojos con un inmenso dolor en la boca, un buen despertar sin duda. Abrí lentamente los ojos para poder adaptarme a la débil luz que alumbraban las farolas de la avenida principal. Por un segundo pensé que estaba muerta, después de todo era la noche de la purga, no saldría viva. Pero el dolor se intensificaba con los segundos, tanto en la boca como en mis muñecas, a los segundos me dí cuenta que era el efecto de la cuerda demasiado apretada rodeandolas.

 Pero el dolor se intensificaba con los segundos, tanto en la boca como en mis muñecas, a los segundos me dí cuenta que era el efecto de la cuerda demasiado apretada rodeandolas

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-Estás bien? -Pensé que era imaginación mía, pero no, era la mismísima voz de un ángel.– Lo siento..

-¿Porqué? No me has pegado tú. -Dije con una fina sonrisa, antes de voltear hacía ella, quedándome embobada por segunda vez de la noche.

 -Dije con una fina sonrisa, antes de voltear hacía ella, quedándome embobada por segunda vez de la noche

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-Me oístes gritar.

-Quería ayudar. -Dije fundiendo mis ojos con los suyos, eras hermosos y lo eran aún más sin lágrimas en ellos.

Unos segundos pasaron en un completo silencio, por mi parte lo disfruté observándola.

-Gracias. -Dijo antes de bajar la mirada hacia sus tobillos con una simple sonrisa que no tardó en desaparecer.

Los minutos se hicieron algo más pesados, largos e incómodos. Ninguna de las dos sabía lo que pasaria a continuación, o al menos no lo sabíamos con certitud. Era extraño el hecho de seguir vivas a estas alturas, debería de ser un juego rápido, en eso consistía la purga. Claro que por juego entendía muertes.

-Me llamo Lisa. -Dije rompiendo el silencio que se habia apoderado de ambas durante varios minutos. Su pequeña sonrisa aparecio de nuevo, esta vez se quedó unos segundos más lo que me dejó observarla sonriendo a mi vez.

-Rose.

Sabía que su nombre sería hermoso, al igual que sus ojos, lo que no sabía era que sonaría tan bien saliendo de sus labios.

-Bien, levántense. -Dijo el primero chico con máscara, debia de ser jóven, se le notaba en la voz. Además de pretender ser un profesional cuando su nerviosismo lo delataba.

El purgatorio(Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora