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Los días han pasado tranquilos y bastante silenciosos. Merdith y yo nos hemos vuelto más cercanos, platicamos siempre, ella me cuenta de su juventud y de su hijo y yo también, aunque mayormente no me gusta hablar de mí porque la mía suena bastante triste, prefiero escucharla a ella, aunque tuvo sus momentos lamentables, como ella dice siempre sale el sol.

Me quedo con eso, es muy reconfortante saber que a pesar de todo lo malo siempre puede haber algo bueno, me hace pensar sobre mi situación, estoy siendo un objeto para Ava pero la ventaja es donde estoy, tengo un techo, una cama acolchonada, una ducha caliente, la cocina siempre llena, pensándolo tengo más ventajas que desventajas a comparación como vivía antes.

No puedo ser tan egoísta y pensar solo en mí, solo en querer estar yo con Ava, quizá ella no es de relaciones, quizá a ella le gusta estar con varios al mismo tiempo, si así siempre a llevado su vida no puedo llegar y cambiarlo todo.
Al fin y al cabo solo me compro, solo soy eso. Debo pensar en ella también, y aunque me duela en el alma y a mi lobo también debo aceptarlo, entre más pronto lo haga será menos doloroso.

Quizá el día de mañana ella me diga que es suficiente y deba irme, respetaré su desición y lo haré sin rechistar. Aunque me duela deberé hacerlo, no hay campo para la esperanza, no debo alimentar una ilusión que nosé si vaya a pasar.

Nada me haría más feliz que quedarme con ella siempre, disfrutar todo esto y no estar pensando que en cualquier momento se me va terminar.

- Liam, tengo que ir al supermercado, ¿Vienes conmigo? - comenta Merdith.

Estaba en la sala junto a la chimenea pensando en todo.

- Si claro - me pongo de pie rápidamente, sin duda quiero salir un rato.

Le e dicho a Merdith que me llame Liam, cuando me dice señorito me siento bastante raro, me incómoda, se podría decir que es como una amiga para mí, me a ayudado mucho estos días y me a explicado las dudas que surgen cuando leo.

Es a la única que tengo, Ava casi no está y cuando llega solo es para acostarnos y me deja ahí botado.
No tengo a nadie más que a Merdith.
Quisiera platicar con Ava también, conocerla más, saber de su vida, lo que hace, pero la duda que más me carcome es el lugar donde estuve encerrado y como es que a ella le dijeron la jefa. ¿Enserio ella se dedica a secuestrar personas y prostituirlas?. Nosé que voy a pensar cuando me diga la respuesta.

Subo a mi habitación a ponerme un abrigo más grueso, el clima se siente algo frío debido a la entrada del mes de septiembre, calzo unos tenis negros y bajo de nuevo.
Merdith me espera en la puerta y una vez listo salimos de la casa.

La tarde esta nublada con un clima efectivamente frío, veo como Merdith se dirije a un pequeño coche negro, vaya, no pensé que tuviera auto, me acerco y me subo también.

- Abrochate el cinturón de seguridad - me dice, pero yo nosé que es eso.

-¿Que cosa? -
Veo alrededor perdido.

- Este -

Se inclina hacia mí y veo como jala una cinta algo gruesa y gris, me lo pasa encima y lo abrocha a un costado.
Wow, así que eso es, siento que me aprieta el estómago y me remuevo en el asiento, lo estiro un poco hasta encontrar como se sienta bien y no me incomode.

- ¿Es tu auto Merdith? -

Observo dentro, está muy limpio y bonito, todo es negro también.

- No, la señora Ava me lo presta para las compras de la casa, realmente es de ella -

- Aaaaa -

Merdith emprende a conducir y yo veo alrededor, vaya, esto es genial, la sensación de estar aquí arriba es maravillosa.

Mi Mercancía Personal [ABO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora