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LA NOTICIA

Al día siguiente muy tarde, como a medio día, por fin la peliblanca pudo tomar conciencia de sí misma, levantándose de golpe del colchón y mareándose en el proceso.

Kioshi: Cuidado señorita, no se levante así o se volverá a desmayar - Decía muy amable un chico no mayor que ella misma, pero al escucharlo hablar obviamente no entendió absolutamente nada ya que el chico le hablaba en japones.

Charlotte: Lo siento, no hablo tú idioma - Hablo totalmente en español, cosa que sorprendió a los chicos - ¿Qué sucedió? - Pregunto tocándose la cabeza con la mano derecha sintiendo algo de dolor - Recuerdo que una tormenta surgió de repente y nos ordenaron descender, pero yo no pude... ¿Y Camila?... ¿Donde está Camila? - Pregunto viendo a los niños que la rodeaban, preguntándose al mismo tiempo porque había niños en primer lugar y no adultos.

¿Y los adultos? miro a su alrededor, dándose cuenta que se encontraba en una especie de cabaña, pero el lugar parecía viejo y roído por el tiempo, también se dio cuenta que se encontraba recostada en el suelo sobre una colchoneta delgada, vieja y desgastada.

Charlotte: ¿Dónde estoy? - Pregunto alarmándose, pero los niños no le entendían ni media palabra, empezó a ver a los niños con rareza ya que estaba hablando en otro idioma y estaban vestidos de una manera rara, como a la antigua, no concordaban a como vestían los niños normalmente.

Se desesperó al ver que esos niños no le solucionaban nada, así que salió enseguida de aquella humilde vivienda, observando donde se encontraba, escho que le llamaban o algo así, no le tomo importancia.

Al atravezar aquella puerta corrediza, frente a ella habia un paraje con algunos cuantos árboles y un largo camino de tierra a unos cuantos metros de aquella casita, y a muchos varios metros de donde se encontraba, habia como una especie de pequeño poblado, con varias casitas pequeñas y juntas.

Sin comprenderlo muy bien, corrió por el sendero terregoso hacia aquel poblado que se encontraba de fondo para averiguar donde se encontraba.

Mientras corria, pensaba a toda velocidad, llegando a la conclusión de que a lo mejor aquel remolino de viento la aventó demasiado lejos del lugar donde se encontraba la base donde se practicaba el parapente, los niños corrieron tras ella gritándole quien sabe que cosa para tratar de detenerla sin éxito.

Pero la joven no se detuvo hasta llegar a aquel pequeño poblado, viendo que eran unas cuantas chozas viejas y roídas por el tiempo, y algunas hasta a punto de caer, pero no se desanimó mucho, empezó a tratar de comunicarse con algún lugareño, alguien que le entendiera, pero nadie le entendía, todos corrían de ella porque pensaban que estaba loca, aparte de que la miraban raro por su manera de vestir ademas de su apariencia tan extraña.

Dándose por vencida, regreso a aquella choza junto a los niños quienes fueron los únicos que la recibieron con cordialidad a pesar de que era una desconocida, pero le extraño que en el lugar solo vivian esos niños, el más grande se llamaba Kioshy, a lo que pudo entender, calculaba que tenía alrededor de trece o catorce años, lo que pudo observar es que era el responsable de los otros dos, luego le seguía Shioshi de unos diez años y por ultimo Teruko, una niña muy bonito y amable de ocho años.

Mientras que comprendía la situación, lo único que le quedaba hacer era quedarse tranquila en ese lugar tratando de asimilas las cosas y averiguar dónde demonios estaba, no podía estar muy lejos de alguna cuidad, no podia saberlo con exactitud, ya que se habia dado cuenta que ya no tenia su celular con ella, pero lo que descubrió al día siguiente la dejo sin aliento y con la mente en blanco.

A como pudo, les hizo entender a los chicos que debía ir a una cuidad o un poblado más grande, y los niños aceptaron llevándola a un pueblo más grande, más o menos como a una hora de donde vivían, pero mientras avanzaban el paisaje que veía Charlotte no la alentaba mucho.