NATHAN DAGGER
Érase una vez...mi primer día de clases, en mi último año del instituto.
Todo entre nosotros comenzó como en los típicos libros clichés tontos que mi hermanita de doce años lee...
La puerta del aula se abrió de golpe, dejando a cada miembro de la clase en un profundo silencio, por un momento pensé que se trataba de nuestra profesora de historia, pero no, no es ella.
Muchas miradas se encuentran enfocadas en una nueva presencia. Alguien nuevo ha llegado para quedarse con nosotros. Mi mejor amigo Max, luego de revisar algunos expedientes en la dirección a escondidas, me ha dado información sobre una chica.
Una chica nueva se uniría a nuestra clase.
La chica alta de tez clara, se encuentra aun de pie en el marco de la puerta, su largo cabello castaño claro, se encuentra recogido en una coleta alta y sus ojos...son tan azules como el mismísimo mar.
La chica entra en el aula, si ella estaba tratando desde el primer momento obtener la atención de todos, lo estaba logrando.
Su mirada azul inspeccionó el aula, mientras se adentraba en busca de un asiento. Aquella mirada no podía pasar desapercibida, era fría, como si los sentimientos en aquella chica estuvieran extintos de su cuerpo. Sus ojos no se cruzaron o se enfocaron en nadie en específico, parecíamos serle indiferentes, al encontrar un asiento al fondo del aula, lanza su mochila y toma asiento, justo a dos asientos de distancia desde mi posición.
Sacó de su mochila su móvil y audífonos, se los colocó y adoptó una posición seria, iba vestida con una blusa blanca, chaqueta de cuero negra, jeans ligeramente rotos y un par de unas botas negras.
—Es hermosa—dijo Max, mi mejor amigo.
—Sí, bueno, no es nada del otro mundo pero, no está nada mal—comenté, indiferente, apartando mi mirada de aquella chica.
Segundos después, entra la directora al aula, sus cejas eran incapaces de juntarse más de lo que ya estaban y la vena en su frente estaba a casi nada de explotarle.
Por suerte, el silencio aun reinaba en el aula, la mirada de la directora dio con la chica de ojos azules y fue cuando comenzó todo...
—Señorita Meyer—dijo la directora, tratando de llamar su atención.
La chica no le respondió, ni siquiera la miró, solo se dedicó a seguir escuchando su música.
—Señorita Meyer—la llamó por segunda vez, en esta ocasión subiendo un poco el tono de voz.
La chica no dijo nada.
—¡Hasta acá! ¡Señorita Sky Meyer! Usted...
Antes de que la directora comenzara a regañarla, la castaña le hizo un gesto para que se callara.
—A ver, a ver, a ver, a ver.—dijo Sky, quitándose los audífonos y fijando su mirada gélida en la directora— Primero que nada, fíjese como me habla, segundo, para que nos vayamos entendiendo, señora. A mí nadie me grita. Piénselo dos veces antes de siquiera pensar en volver a repetir esa acción. Tercero, acabas de interrumpirme justo en el momento en el que la canción se tornaba interesante, y cuarto, si tanto quería llamar mi atención para llevarme a dirección por el "incidente" quédese tranquila, yo iré, pero después de haber visto mis respectivas clases, ¿entendido?
La directora resopló, molesta, y salió del aula, Sky rodó los ojos y siguió en lo suyo.
Todos miraban a la chica nueva y murmuraban entre sí.
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¿CÓMO CONQUISTAR A SKY MEYER Y NO SALIR NOQUEADO EN EL INTENTO?
DiversosEl encontrará una forma de hacerle saber lo que siente por ella, a través de lo que tanto le gusta. Pero a veces cuando estas a punto de llegar a la cima...debes caer de nuevo... Una promesa, miles de situaciones juntos... ¿Podrán esperarse?
