Capítulo 06

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-Te lo prometo, cariño. No dolerá.

Entré en él de una profunda y ruda embestida, dejando que mi miembro obviamente más grueso que mis dedos termine de abrirlo para mí. Quackity gritó, vaya que lo hizo, sus ojos se llenaron de lágrimas y todo su cuerpo se arqueó, quejándose del dolor.

-Lu... Lu due-Duele mucho, saca...

-Tranquilo, tienes... Tienes que respirar hondo.

Y como un animal sin corazón, empecé a moverme a pesar de que él no se había acostumbrado por completo, Quackity gemía de dolor más que de placer, mientras se aferraba a las telas de la cama y las embestidas se iban haciendo más y más fuertes.

-Lu... Lu ayu-Ayuda.. Duele Lu.

Su voz se escuchaba tan ronca, tan rasposa y a la vez tan lasciva para mí; sus preciosos ojos cafés me observaban asustados mientras mi cuerpo se movía sobre el suyo. Quise tomar su mano y entrelazar nuestros dedos, pero no pude, por alguna razón no pude.

-Lo siento, bebé.

-Luzu. Luzu. -Sus gritos empezaron a taladrar mis oídos, sus ojos llorando y su mirada asustada me terminaba de destrozar el alma.

-¡Ayúdame!

Salté en mi cama hasta que incluso me dolieron mis entumidos músculos, miré a todos lados y no era mi habitación, observé un cuerpo a mi lado pero tampoco se trataba de Quackity. Recordaba vagamente haberme acostado con la mujer que descansaba a mi lado, así que supuse que todo aquel recuerdo no se trataba más de una pesadilla.

- ¿Qué pasa, guapo?

Escuché la aguda voz de la chica, al parecer mi movimiento en la cama había terminado de despertarla.

-...Nada. No pasa nada. -Llevé mi mano a mis cabellos y los aparté de mi rostro, aún tenía la imagen de Quackity pidiéndome ayuda con tanta fuerza, su último grito continuaba erizando mi piel.

- ¿Tuviste un mal sueño?

¿Un mal sueño? Quizás fue eso, quizás hasta ahora Quackity y yo hemos estado viviendo una pesadilla. No has estado pensando bien, mi pequeño Quackity, pero ¿Sabes? Yo acabo de despertar de ese sueño que vivimos por tres años, tú eres el único que sigue metido en él. Despierta ya.



+



Volví a dormir esa noche y a la mañana siguiente, mi cabeza continuaba trayéndolo a mis pensamientos, absolutamente todo lo que había sucedido durante la relación y después de la ruptura, también esa pesadilla, así no había sido nuestra primera vez, quizás sí fui un completo imbécil y lo forcé más de lo debido, pero al llegar a cierto punto él disfrutó, esa y absolutamente todas las demás veces.

¿Por qué el Quackity de mis sueños se veía tan miserable? ¿Por qué me pedía ayuda de ese modo? ¿Por qué no puedo quitar de mi cabeza su triste rostro?

Intenté conseguir un par de números un poco después pero no logré nada, de igual forma no era una derrota, podía llamar a cualquiera de las mujeres con las que me había acostado antes y preguntarle si deseaba salir conmigo, el sexo era bueno para eso también, para evitar que los pensamientos continúen carcomiendo mi mente. Yo no pensaba en Quackity mientras tenía un cuerpo bajo el mío y sinceramente, podía esa ser la única vez del día en que no pensaba en él.

Entonces, ya estaba caminando a casa demasiado temprano para mi gusto, aunque lo más probable era que lo viera y eso me ayudara, prefería tener en mi mente la imagen de un Quackity frío e indiferente al pequeño indefenso de mi sueño. Quackity siempre había demostrado ser un chico fuerte, quizás en un comienzo no, pero con los años, él se ha superado muchísimo.

Good Friends | LuckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora