ᴬᵐᵒʳ ᴬᵇˢᵗʳᵃᶜᵗᵒ ⏃ 𝘑𝘪𝘩𝘢𝘯

⏃ Petnaest ⏃

Yoon Jeonghan era bonito. Algunos dirían hermoso. Joshua lo sabía, supuso que la androginia de Jeonghan era parte de su atracción inicial, eso y la boca de Jeonghan. Tenía una gran boca, carnosa y rosada, pero Joshua se resistía a admitir que se sentía atraído por el sarcasmo de Jeonghan casi desde el primer día.

Besar a Jeonghan fue una revelación. Habiendo sido un exitoso atleta universitario, y un chico atractivo que solía ser feliz, Joshua había besado a toneladas de personas, pero se había olvidado de todas tan pronto como Jeonghan le mostró cómo se sentía un beso real.

¿Fue porque Jeonghan era Jeonghan o porque Jeonghan era un chico?

Allí, en el suelo de la sala, Joshua no tenía respuestas porque su cerebro hizo un cortocircuito ante la sensación de algo muy apretado en su abdomen. Con una vuelta de Jeonghan, no fue difícil saber qué era.

Joshua se quedó helado.

Jeonghan resopló caliente contra su rostro —: Um... así que esa es mi polla...

Joshua soltó el pequeño trasero redondo de Jeonghan de su agarre. Jesús, ¿cuándo se agarraron las manos? Era preocupante lo mucho que besar a Jeonghan borraba el cerebro de Joshua.

— No puedo hacer esto... —Dijo Joshua, aunque, ni siquiera él estaba seguro de lo que implicaba -esto-. ¿Tocando la polla de Jeonghan? ¿Jeonghan tocándose la polla? ¿Jeonghan en su regazo? Sabía que quería seguir besando a Jeonghan, posiblemente para siempre, pero ¿qué más quería? ¿Qué necesitaba?

Mientras Joshua postulaba los significados más profundos de la vida, Jeonghan se puso de pie y tiró de su ropa, reorganizando su suéter en una apariencia de orden —: Gay for you... —Murmuró, arrastrando los pies por la habitación, recogiendo su bolso de mensajero y su abrigo —, ¿qué diablos estaba pensando...?

Joshua no dijo nada, solo se quedó en el suelo, mirando.

Jeonghan no se despidió cuando se fue, pero cerró la puerta detrás de él.

Joshua finalmente recordó cómo moverse. Se incorporó lentamente y se aflojó la corbata. Se pasó el dorso de la mano por la boca, húmedo por la saliva de Jeonghan, pero no irritado porque lo único que Yoon Jeonghan no hacía bien era el vello facial.

El enorme apartamento se sentía más grande de lo habitual y el silencio golpeaba sus oídos. Cuando se movió para pararse, el sonido de la tela de sus pantalones moviéndose fue como un grito.

En una neblina confusa, Joshua vagó por el largo pasillo hacia su habitación secreta. Tan pronto como abrió la puerta, olió él reconfortante aroma de los aceites. Encendió la luz para revelar caballetes, pinturas a medio terminar. El silencio no era tan ominoso aquí atrás. En cambio, la habitación se sintió como si hubiera estado esperando.