Azul.

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Esto es para aquella que me ayudó en mis tormentas,
estuvo en mis peores momentos,
y aún así siguió en aquel asiento,
limpiando mis lágrimas,
hasta que se fueran mis tormentos.

Ella hizo mis días más fáciles,
ayudándonos mutuamente,
y así comprendí que la sangre no es tan importante,
tu familia no es la que tiene tu sangre,
sino quien está en tus buenas y males.

Así que sí, a ella tengo que agradecerle,
hizo que mis días grises se volvieran azules.

Esas Cosas que Algún Día Callé Donde viven las historias. Descúbrelo ahora