Cada gesto, cada palabra y cada sonrisa de Alondra están grabados en mi mente.Cierro los ojos y solo la veo a ella, como si su imagen se proyectara en mi mente en un filme constante.
Alondra, con esa aura despreocupada, camina por el salón como si estuviera en un mundo separado del mío con unos sneakers que la hacen ver tierna; su cuerpo parece pequeño en comparación con ellos. Mi corazón palpita con fuerza cada vez que la veo, con una tortura deliciosa y cruel.
La luz de la mañana entra por las ventanas, envolviendo el aula. Alondra, en el centro de la luz, Su cabello brilla con reflejos dorados, y su presencia roba las miradas de todos.
Estoy tan absorta en ella que casi no noto los murmullos que empiezan a llenar el aula. Los comentarios y las risitas se mezclan con el sonido del ventilador y el ruido de los pasos de la profesora en el pasillo.
Mientras la profesora empieza a escribir el tema del día en la pizarra, mi mente queda centrada en mi compañera. Cada vez que Ella se gira para hablar con sus amigos, mi corazón se acelera. La forma en que sus labios se curvan en una sonrisa o cómo sus ojos brillan al reír es una escena que no puedo dejar de observar. Me encuentro inmersa en una especie de trance, el sonido de las sillas arrastrándose y bullicio de las conversaciones me sacan bruscamente de él. Seguido de escuchar a la profesora que formará equipos de dos para el siguiente proyecto.
Mi estómago se contrae de anticipación mientras observo a la profesora empezar a asignar las parejas. Su voz fluye mientras menciona y asigna compañeros. Cada Apellido que anuncia aumenta mi nerviosismo.
Los estudiantes comienzan a moverse para agruparse. Los rostros de mis compañeros de clase son algunos con sonrisas de complicidad y otras con disgusto al encontrarse, pero yo estoy completamente absorta de eso, mi mente enfocada en una sola cosa: que me toque estar con Alondra.
"López con Rosario", dice la profesora, y el sonido de los apellidos parece llegar a mis oídos en cámara lenta haciendo que la piel de mis palmas se sientan húmedas, y mi respiración se acelere, volviéndose aun más entrecortada.
Alondra, ajena a la batalla interna que estoy teniendo, sonríe ligeramente y se acerca a mi mesa, acomodando el beanie que adorna su cabeza. Me esfuerzo por mantener una apariencia tranquila mientras ella se sienta a mi lado. La oportunidad que he estado esperando, o quizás temiendo, está finalmente aquí.
Con voz suave y llena de curiosidad, pregunta:
-"¿Rainelis, verdad?"
Alondra sonríe suavemente, y la luz de la mañana resalta sus hermosos ojos, los que brillaban con una mezcla de curiosidad y amabilidad.
Asiento en silencio, incapaz de encontrar las palabras adecuadas.
-"Supongo que nos tocará trabajar juntas en Historia. Soy Alondra, por cierto."
El tono de su voz es suave, casi musical.
cada palabra que dice la hace ver aún más atractiva.—"Entonces, ¿qué te parece si empezamos a revisar el tema del proyecto?" —pregunta Alondra, sacando sus materiales con una actitud relajada.
—"Claro, me parece bien," —respondo, tratando de mantener la calma, aunque mi voz tiembla un poco.
—"¿Has tenido alguna idea de lo que podríamos hacer?" —Alondra pregunta, mirando mis notas con interés.
—"Eh, no exactamente. Pero creo que podríamos enfocarnos en la Revolución Industrial ," —digo, sintiendo que cada palabra se vuelve más difícil de articular mientras ella me observa con esa mirada atenta y amigable.
—"Suena bien," —dice Alondra, asintiendo con una sonrisa. "Podemos dividir el trabajo para que sea más fácil. Yo puedo encargarme de la investigación inicial, y tú podrías ayudar con el análisis de los datos."
—"Sí, eso suena perfecto," —respondí, intentando disimular el latido acelerado de mi corazón.
—"Genial," —dice Alondra, Cada palabra y gesto de Alondra parece tener un magnetismo irresistible.
—"Creo que deberíamos incluir más detalles sobre las condiciones de trabajo de la época," —sugiere Alondra, inclinándose hacia mí para señalar una sección del documento. Su cercanía hace que mi piel se erice, y puedo sentir el calor de su cuerpo cerca del mío.
—"Sí, estaría bien," —respondo, intentando mantener la compostura mientras mi mente se distrae con el suave aroma de su perfume.
Me esfuerzo por mantener una expresión tranquila, pero cada vez que nuestra piel roza al acomodarnos, siento una descarga de nerviosismo y emoción que apenas puedo controlar.
Finalmente, terminamos el proyecto y la clase llegó a su fin. Alondra cierra su cuaderno y organiza sus cosas.
—"Creo que lo hicimos muy bien," —dice, su voz llena de satisfacción.
Yo asiento, observando sus pestañas largas que parpadean con suavidad a través de sus anteojos, sus labios, ligeramente curvados, tienen una suavidad que parece invitante.
—"Bueno, gracias por trabajar conmigo," —dice, y antes de que pueda responder, se inclina ligeramente y me da un leve beso en la mejilla.
El contacto de sus labios, tan ligero y cálido, provoca una oleada de calor que se extiende rápidamente por mi rostro.
Siento que el beso es más que un simple gesto de amabilidad; es una indirecta de que ella quiere estar conmigo, que me desea igual que yo a ella.
De repente, me doy cuenta de que estoy completamente inmóvil, atrapada en la tormenta de mis pensamientos. Alondra frunce el ceño y me mira con preocupación.—"¿Estás bien, Rainelis?" —pregunta, su voz cargada de curiosidad.
Su pregunta me saca de mi trance, y me esfuerzo por recomponerme mientras el calor en mi rostro se intensifica.
—"Sí, estoy bien," —respondo, tratando de sonar natural mientras me recupero del impacto del beso. El deseo y la obsesión por ella siguen latiendo en mi mente, incluso mientras intento dar una respuesta coherente.
—"Nos vemos luego." —dice, y con una última sonrisa, se aleja, dejándome con una sensación de vacío y anhelo.
Mientras la veo alejarse, un deseo profundo se enciende en mí. Quiero tenerla solo para mí, para que sus sonrisas y miradas sean exclusivamente mías. La idea de pasar más tiempo con ella me consume por completo, y mi mente se inunda con el anhelo de que cada instante, cada gesto suyo, estuviera dedicado a mí. Imagino una realidad en la que la cercanía de Alondra no sea un raro regalo, sino una constante en mi vida. La necesidad de que su presencia sea mi única compañía se vuelve atractiva, y el deseo de hacerla mía en todos los sentidos se instala en lo más profundo de mi ser.
...
Gracias Alex por la idea.
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obsessed +18
FanfictionRai, una chica cuyo enamoramiento por Alondra Michelle se había convertido en una sombra que dominaba cada aspecto de su mente, a la que observaba desde la distancia. Alondra, con su belleza y su risa contagiosa, había capturado el corazón de Rai de...