Los primeros rayos de sol se filtraban por la ventana de la habitación de Rai, iluminando lentamente su rostro. El suave tintineo de la alarma logra entrecerrar sus ojos cargados de sueño. Deslizándose fuera de la cama, con los pies desnudos tocando el suelo frío, Se dirige al espejo de la esquina de su habitación pintada de un suave tono gris azulado. Con un gesto calmado, retira el gorro de satén que ha mantenido sus rizos en su lugar durante la noche.Se acerca al espejo y observa su reflejo. Sus ojos aún tenían rastros de sueño, y sus rizos ahora libres caen ligeramente alrededor de su rostro pálido tocando su mejilla cerrando los ojos recordando el beso de alondra de el día anterior. Puede sentir nuevamente la calidez de los labios de Alondra sobre su piel en un contacto suave y delicado.
La memoria de ese momento le provoca un escalofrío que recorre su espalda. Siente cómo cada vello de su piel se eriza, como si su cuerpo respondiera a la sensación de aquel recuerdo. Su respiración se vuelve más profunda, más pesada, cada inhalación se mezcla con un suspiro suave. mientras un calor denso y persistente comienza a acumularse en su abdomen.
Al mismo tiempo su mente se aferra al recuerdo de Alondra, el suave roce de sus labios en su mejilla, una oleada de deseo se desliza por su cuerpo. Siente un pulso en su parte baja, una pulsación rítmica que late con fuerza. Es una sensación intensa, una mezcla de calor y una inquietud placentera que se expande por todo su cuerpo. Las palpitaciones aumentan, cada una más fuerte que la anterior, como si su cuerpo entero estuviera llamando a Alondra, respondiendo al recuerdo de su tacto.
No puede evitar soltar un jadeo al imaginar cómo sería sentir el contacto de sus labios en otras partes de su cuerpo: cómo se sentiría si sus caricias fueran por su cuello, su hombro, su abdomen.Rai siente cómo el deseo y la necesidad aumentan en su interior, cómo su mente continúa imaginando cada vez más situaciones en las que Alondra la toca y acaricia. Su cuerpo parece responder a sus pensamientos, aumentando la sensación de calor en su abdomen. Inconscientemente, comienza a frotarse contra la esquina del mueble que tiene enfrente, buscando un alivio a la tensión creciente que se acumula en su cuerpo. Cada movimiento con una búsqueda desesperada de liberación, mientras el roce con el borde del mueble intensifica más la sensación, emite suaves jadeos, cada uno cargado con el nombre de Alondra, como si su propio cuerpo intentara invocar su presencia. Sus labios murmuran su nombre en un sonido tembloroso. Mientras presiona su punto sobre el buró con necesidad, siente que la presión en su vientre aumenta cada vez más, Los movimientos se vuelven más intensos y desesperados, como si buscara un alivio, haciendo que finalmente, su centro se contraiga con una intensidad casi dolorosa,
sintiendo oleadas de calor cada que su clítoris vibra con fuerza, aliviando la presión acumulada en su vientre llevándola a un clímax de éxtasis inigualable.Rai se deja caer en la silla con un suspiro profundo, su cuerpo, aún tembloroso, se desploma contra el respaldo, buscando apoyo,
su pecho subiendo y bajando en un ritmo que lentamente se va estabilizando.
Tras unos momentos, se levanta de la silla con movimientos aún pesados, se dirige al baño.
Cada paso resuena con una leve humedad que se desliza por sus muslos.
Entra bajo el flujo de agua cálida, dejando que el vapor envuelva su cuerpo. El agua cae en cascada sobre su piel. Después de enjabonarse con gel de ducha y enjuagarse con abundante agua tibia, seca su cuerpo quitando el exceso de humedad.
Camina acercándose al armario, que se abre con un suave chirrido. Saca un par de pantalones cortos de mezclilla, los que ajusta cuidadosamente a sus caderas, asegurándose de que queden bien. Luego, elige una blusa color café que contrasta elegantemente con el tono de sus ojos.Rai toma su mochila del perchero, la ajusta sobre su hombro y sale de su casa, cerrando la puerta detrás de ella. Afuera, el cielo parece nublado como si la naturaleza misma estuviera advirtiéndole que el día que comienza no será como cualquier otro.
Se dirige a su bicicleta roja, que espera apoyada contra la pared. Se sube con un ágil movimiento y, tras ajustar el asiento y los frenos, empieza a pedalear hacia la escuela,
atravesando un paisaje melancólico bajo un cielo pintado de gris.Al llegar al colegio Rai estaciona su bicicleta en el soporte la asegura con candado.
Con la mochila colgando despreocupadamente de un hombro, camina hacia el edificio, sus ojos buscando, siempre buscando. Alondra está allí, lo sabe, y solo pensar en ello hace que su corazón lata con una intensidad dolorosa.Rai camina por los pasillos de la escuela con pasos lentos, sintiendo el bullicio del lugar a su alrededor. Mientras avanza, su mano se desliza por la mochila que cuelga de su hombro, buscando en su interior una pequeña grabadora. La saca con cuidado, palpando los botones desgastados con la yema de los dedos, y empieza a conectar sus audífonos.
Rai entra a su salón. El aula está llena de murmullos y risas, pero todo se vuelve un murmullo lejano cuando está a punto de ponerse los audífonos. Su atención se detiene al escuchar a unos compañeros hablar cerca de la puerta.
—Dicen que Alondra invitó a salir a Aurora, ¿la chica de sexto? —comenta una con tono animado.
—Sí, la castaña, la de ojos verdes —responde otra.
Rai se queda inmóvil al escuchar esas palabras. Un frío inesperado recorre su espalda mientras sus dedos aprietan con fuerza los audífonos, haciendo que sus nudillos se vuelvan blancos. "¿Alondra invito a salir a Aurora?", se repite en su mente como un eco insistente y doloroso. La idea de Alondra, su Alondra, buscando a otra persona, se clava en su mente como un puñal.
El rostro de Rai se endurece, y su mirada se oscurece mientras imágenes de Alondra y Aurora juntas empiezan a invadir su mente.
Aurora, con su sonrisa amplia y su manera despreocupada de caminar por los pasillos, siempre rodeada de amigos. "¿Qué tiene ella?", piensa Rai, con un nudo en el estómago que se aprieta más con cada segundo que pasa. "¿Por qué Alondra la invitaría a ella y no a mí?".
"No puede ser. Alondra es mía... ella es mía", se repite en silencio, mientras el resentimiento crece en su pecho como una sombra.La idea de que Alondra pueda amar a otra persona es intolerable...

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obsessed +18
Fiksi PenggemarRai, una chica cuyo enamoramiento por Alondra Michelle se había convertido en una sombra que dominaba cada aspecto de su mente, a la que observaba desde la distancia. Alondra, con su belleza y su risa contagiosa, había capturado el corazón de Rai de...